Jorman llegó a la Ciudad de México desde Venezuela como miles de sus compatriotas: atravesando la selva del Darién y avanzando al norte a pie para pedir ‘aventón’ en las carreteras. “Llegamos luchando, la travesía fue dura pero aquí estamos”, dice. El joven de 28 años lleva casi siete meses trabajando en un local de productos de carne de cerdo en el Mercado de La Merced, en el corazón de la capital mexicana, mientras aguarda fecha para su cita que solicitó a través de la aplicación CBP One, para poder ingresar a Estados Unidos.
Desde Haití
“Es cosa de suerte”, afirma el joven, pues mientras algunos migrantes son atendidos en pocos días, para otros la espera llega a durar hasta un año. Su esposa y dos hijos de 8 y 6 años se quedaron en Venezuela, con la esperanza de que Jorman logre llegar hasta suelo estadounidense y después pida que su familia también pueda emigrar. Intercambian mensajes y les llama una vez a la semana. “Dicen que lo extrañan a uno pero hay que ir pa’ delante, ¿qué más va uno a hacer?”. Para Jorman lo más difícil ha sido dejar a su familia en Venezuela, no obstante considera que en su país de origen “no hay futuro”. Entre los pasillos del mercado trabaja Flanz Jean, nacido en Haití, tierra de la que decidió salir ante la crisis política y de seguridad generada tras el terremoto de 2010. “En mi país todo está mal, necesito un lugar donde pueda trabajar”, señala. Lleva tres meses como trabajador de un local de carne de res, donde sus compañeros le enseñan cómo realizar los cortes de carne y también algunos albures mexicanos que comienza a entender de a poco. Vivió en Chile por tres años, donde aprendió un español cortado y sencillo, pero el cual le ha facilitado la comunicación. Con trabajos esporádicos y vendiendo dulces en las calles pasó los días, sin embargo no logró obtener en ese tiempo un permiso de residencia y cada vez le fue más difícil mantenerse económicamente. Aunque muchos migrantes haitianos buscan llegar a Estados Unidos para cumplir el ‘sueño americano’, para Flanz es México su destino elegido y se encuentra en espera para saber si será reconocido como refugiado por la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar). “Me faltan documentos, no me han entregado, estoy en trámite”.
Honduras: 21,529
Cuba: 11,052
Haití: 4,916
El Salvador: 4,185
Venezuela: 3,055
Vive en Chimalhuacán, Estado de México, por lo que a diario pasa unas tres horas en Metro y camión para ir hacia su trabajo y regresar. “Es difícil pero hay que hacerlo, no queda otra, hay que buscar la manera de tener dinero para sobrevivir”, afirma Flanz, quien ha migrado junto a su esposa y su hijo de dos años. En el Mercado de La Merced, varios migrantes han encontrado una oportunidad de trabajo para sostenerse económicamente ante la falta de definición sobre su estado legal en México y las largas esperas para quienes han solicitado al gobierno de Estados Unidos les permitan cruzar. Ante la llegada de miles de personas en tránsito a la Ciudad de México, el actual gobierno ha negado que exista un problema al señalar que las y los migrantes se encuentran solo de paso, aunque el jefe de Gobierno Martí Batres reconoció que algunas personas sí han decidido permanecer en la ciudad. “Hay algunas personas migrantes que se han quedado en la ciudad a vivir de manera indefinida, pero no tanto grupalmente, si no en lo individual, que se van quedando, establecen algún tipo de relación familiar o comunitaria, se quedan en algún lugar”, señaló durante una conferencia el 4 de diciembre de 2023. La Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado ha recibido las solicitudes de 8,011 personas migrantes de enero a agosto de este año en la Ciudad de México; en tanto a nivel nacional se registró al solicitud de refugio de 52,395 personas. Las principales nacionalidades de origen de las personas migrantes con solicitud ante la Comar en el país son:
Las y los migrantes de Venezuela, Centroamérica y Haití conjuntan características que les colocan entre los grupos más discriminados en la ciudad: personas con piel morena con 18.7%, de piel negra con 1.0% y por su propia condición de migrantes, con 0.2%, de acuerdo con una encuesta realizada por el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred) en 2021. “La movilidad humana es el ejercicio del derecho humano de toda persona a migrar, que incluye las transformaciones positivas que disminuyan las desigualdades, inequidades y discriminación. No se identificará ni se reconocerá a ningún ser humano como ilegal por su condición migratoria”, señala el Artículo 5 de la Ley de Interculturalidad, Atención a Migrantes y Movilidad Humana del Distrito Federal. Se estima que en la Ciudad de México se encuentran alrededor de 4,000 migrantes, de acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados, (ACNUR), de los cuales la mitad se encuentran en albergues de organizaciones civiles así como de gobierno y la otra mitad habita campamentos instalados en vía pública, aunque no se cuenta a quienes rentan espacios privados como vecindades u hoteles.
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