«El agua es la cosa más suave, y aún así puede penetrar montañas y tierra. Esto muestra claramente el principio de que la suavidad supera la dureza.» Lao Tzu

En esta etapa del desarrollo de la comunicación producto de las redes sociales por las vías de Twitter (X) e Instagram nos llegan decenas de preguntas interesantes sobre récords sagrados del capítulo ofensivo en el béisbol profesional dominicano.

Carlos Cruz, nos hace un desafío, no una pregunta: «Juégatela Bienvenido y di cuáles son los dos récords más difíciles de romper en la pelota nuestra”.

Antes de responderle a Carlos, deseo precisar que la serie semifinal del torneo José León Asensio, tiene un tufo de que otra vez vamos por el camino de una serie final entre los Tigres de Licey y Estrellas Orientales.

Alguien dirá que todavía es temprano para ablandar habichuelas, pero así lo veo yo por el ojo de la cerradura.

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Ahora voy con la respuesta a Carlos y ante tu reto me la voy a jugar.

Los récords ofensivos más difíciles de romper en la pelota dominicana, no hay dudas que son los 105 hits de Ralph Garr con las Estrellas Orientales en 1970-71, y los 11 triples de Charles Neal con los Leones del Escogido en 1955-56. Es una de las grandes marcas de Lidom.

El 8 de enero de 1971, Garr conectó tres hits contra el pitcher Archie Reynolds, Águilas Cibaeñas, para sumar 88 en la temporada, en este partido rompió la marca de 85 hits en poder de Felipe Rojas Alou desde 1958-59.

Garr sumó 17 imparables más para terminar con record de 105 en la campaña regular en 56 juegos, en 230 turnos, con 58 anotadas, 24 remolcadas y .457 de promedio.

Pues bien, el 13 de diciembre de 1955 fue un día especial para el béisbol dominicano ya que Charles Neal, en un partido de Escogido y Licey que ganaron los melenudos 8-0, el jardinero sepia despachó sus triples 10 y 11 para imponer nueva marca y lo hizo en presencia de Walter O´Malley, presidente de los Dodgers de Brooklyn, organización a la que Neal pertenecía. Por el Escogido el zurdo Ken Lehman se acreditó su sexta victoria de la temporada.

Veamos algunas campañas destacadas de jugadores importados: Alonzo Perry, Licey, en 1953 promedió .293, con 11 jonrones, 53 remolcadas, 11 dobles, cuatro triples y 16 bases robadas.

Willie Kirkland, Escogido, en 1955-56 bateó .284, con nueve jonrones, 60 hits y 37 impulsadas.

Jim Beauchamp, Licey en 1970-71 bateó .387, con 14 dobles, seis dobles, siete cuadrangulares y 51 impulsadas.

Hay otros jugadores con temporadas brillantes, como la de Dick Stuart en 1957-58 con las Águilas, Ken Landreaux, de las Águilas en 1980-81, la de Ralph Bryant con el Escogido en 1986-87 y la de Steve Garvey con el Licey en 1972-73.

Ralph Garr y Charles Neal fueron dos superbos refuerzos, no esos GMC (Grande, Malo y Caro) que salen hoy disfrazados de Leones, Tigres, Toros, Potros, Elefantes y Águilas. Así lo creo yo, un miembro de la vieja guardia que todavía cree en el Librito de la Pelota para ejecutar jugadas.

Un día como hoy

1957: Los Piratas de Pittsburgh firman a Julián Javier, Antonio Martínez y Miguel Cartagena.

1960: Las Águilas Cibaeñas derrotan 3×0 a los Tigres del Licey, fruto de una labor impecable del pitcher zurdo Alvin Jackson que solo permitió un hit del jardinero Fred Valentine.

1982: El presidente Antonio Guzmán vetó el proyecto de Ley de Expansión de las franquicias Caimanes del Sur y Azucareros del Este.

1989: Arturo Peña en la victoria de las Águilas 6-4 sobre las Estrellas se anota el salvamento 16 de la campaña empatando la marca nacional y el 30 de por vida.

1999: Freddy García, en la victoria 8×1 de los Leones del Escogido ante los Tigres del Licey le dispara su jonrón 13 al lanzador Félix Rodríguez, colocando a uno del récord (14) en poder de Dick Stuart.