«Aprendí que lo mejor no es preocuparse demasiado, lo que llega es por algo y lo que se va también» Anónimo

A propósito del fallecimiento de Luis Ramón Cordero, un caballero que respiraba béisbol de pies a cabeza, la última vez que nos encontramos la conversación giró en torno a los managers y nos decía que ahora tienen en su computadora el más mínimo detalle del equipo contrario.

Luis Ramón consideraba que hoy día era más fácil dirigir y yo le explicaba que las críticas eran mayores por el abanico informativo de las redes sociales. Descanse en paz.

El fanático dominicano

El fanático dominicano no está acostumbrado a que su equipo favorito gane la serie regular 50-0, porque no tendría espacio para descargar sus ácidos comentarios y sus memes. Y es que los managers son las parábolas que reciben las señales de los fanáticos.

El fanático es muy apegado al “Librito” siempre de acuerdo al resultado de la jugada. Al fanático les encantan los managers condicionados al famoso texto.

Patrocinadores Oficiales de la RevistaIMX

Los pilotos hábiles acostumbran usar más el “Librito” que las jugadas de sorpresas, ya que es la mejor forma de protegerse de las críticas. Pero no son los mejores dirigentes.

Veamos dos situaciones de juego y el comportamiento del manager.

1. Corredores en primera y segunda sin out, juego parejo, el “Librito” para el manager conservador indica que se debe tocar a fin de adelantar los corredores y colocarlos en posición anotadora. El manager ordena el toque y la bola sale de fly y se produce un doble play.

2. El manager arriesgado que al verse acorralado trata de romper el cerco mandando a batear largo aprovechando que el infielder está adentro, pero el batazo sale de frente y termina también en un doble play.

Ambas jugadas han tenido el mismo resultado, más por la dos es que al manager lo castigan con el fuego cruzado de la crítica porque no aplicó el famoso “Librito”.

El manager tiene que jugar conforme a su criterio y estar presto a asumir las responsabilidades, ya que nadie en la hora cero después del revés está dispuesto a compartir, ya que a esa hora los managers suelen quedarse solos en su oficina… tan solos como los muertos.