Filiberto Velázquez, director del Centro de Derechos de las víctimas de Violencia “Minerva Bello”, informó sobre el “pacto” entre la Familia Michoacana y Los Tlacos, surgido tras el enfrentamiento en San Miguel Totolapan, Guerrero. Sin embargo, para especialista en temas de seguridad David Saucedo, “los arreglos” o “pactos” entre las bandas del crimen organizado, con la intermediación o conocimiento de la jerarquía católica, no son nuevos.

Basta recordar, añade, el caso de los hermanos Arellano Félix, que tras el asesinato del Cardenal Juan Jesús Posadas, el 23 de mayo de 1993, fueron recibidos por Gerónimo Prigione, entonces nuncio apostólico. También, agrega el especialista en temas de seguridad, está el pacto, aunque “menos vistosa o meditática”, entre la jerarquía católica con los distintos grupos delictivos, con motivo de las visitas que hizo el Papa Juan Pablo II a México. Otros casos de intervención o mediación de los jerarcas ocurrieron en Michoacán y Chiapas para apoyar a la liberación de personas secuestradas. “Entonces, sí ha sido frecuente (la intervención de jerarcas católicos) y en este caso particular (Guerrero) me parece que es más mediático, porque la propia jerarquía católica hizo esta referencia de manera abierta”, acotó en entrevista telefónica. El padre Filiberto Velázquez confirmó la “tregua” entre los Tlacos y la Familia Michoacana “Es información certera. El día de ayer (miércoles 21 de febrero) hubo este acuerdo y aclarar que es iniciativa de estos grupos… el desarme de estos grupos que es algo muy importante, no es cualquier cosa que depongan las armas. Ya de territorios o reparticiones desconozco, porque participaron solo los grupos”, reveló en entrevista para Grupo Fórmula. Días antes, el 16 de febrero, Velázquez corroboró también un acuerdo de no agresión y respeto a los negocios que cada uno controla en Chilpancingo entre los Tlacos y los Ardillos, otro grupo criminal que opera en esa región. “En esta tregua de Chilpancingo no intervino el estado ni fue a petición de él y eso es lo que se debe de esperar, la neutralidad del estado. Fue iniciativa de un grupo y el otro aceptó”, difundió la organización en un comunicado. A principios de este mes, Chilpancingo vivió una parálisis debido a la ola de violencia que la acechaba, lo que derivó en la suspensión de clases, cierre de comercios e, incluso, el transporte público dejó de dar servicio a sus habitantes, en protesta por el asesinato de varios conductores.

En la entidad guerrerense también operan el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cártel de Sinaloa y el Cártel Independiente de Acapulco. Saucedo recordó que la mayoría de las organizaciones criminales son escisiones del cartel de los Beltrán Leyva, que a su vez formaban parte del cartel de Sinaloa. Los Beltrán Leyva fueron desarticulados por el gobierno federal, por lo que los jefes de plaza en Chilpancingo, Acapulco, Iguala y La Montaña se independizan en “mini” carteles: en el Cartel Independiente de Acapulco y Los Ardillos, entre otros, que toman el control de la actividad criminal en el estado y se reparten las regiones, detalló. “De un tiempo para acá, hace tres años, La Familia Michoacana empezó a invadir algunas zonas del estado de Guerrero, pero recientemente se han estado expandiendo y empezó a controlar otras zonas en manos de otros grupos criminales”, expresó. David Saucedo considera que en el estado se vive una “guerra de expansión” y las primeras organizaciones con las que entra en conflicto es con los Tlacos, de ahí la violencia ocurrida recientemente. “Me parece que tanto la gobernadora (de Guerrero, Evelyn Salgado) y la alcaldesa de Chilpancingo (Norma Otilia Hernández Martínez), en su momento, fueron a un reparto de territorio, es decir, a una negociación con los grupos criminales, tal y como en su momento lo aplicó Félix Salgado Macedonio, cuando fue alcalde de Acapulco”, consideró Saucedo. “Me parece que la gobernadora Evelyn, con la experiencia de su padre, trataron de establecer reparto de zonas para que los grupos criminales dejaran de estar en conflicto, por lo que se aprecia en los videos en donde está la alcaldesa de Chilpancingo negociando. El objetivo no era tanto recibir financiamiento ‘negro’, no lo descarto, sino llegar a acuerdos de largo plazo con los grupos criminales para reducir la violencia en Guerrero”, añadió. Luego de los videos que circularon en redes sociales en donde se aprecia a la alcaldesa Chilpancingo reunirse con el supuesto líder de Los Ardillos, Celso Ortega Jiménez, el experto en seguridad apuntó: «Fue algo fortuito. Hubo alguna circunstancia y yo lo que pido es que esperemos a que la Fiscalía General de la República que investigue», dijo la funcionaria al ser cuestionada al respecto.

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