Ha pasado un mes desde que la ministra Norma Piña se convirtió en la primera mujer en presidir la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y la reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha ocurrido. Los jefes de los Poderes Ejecutivo y Judicial no se han reunido todavía, pero este 5 de febrero estarán juntos en Querétaro, para conmemorar la promulgación de la Constitución de 1917. Desde la elección de Piña como titular de la Corte, el presidente López Obrador ha hecho referencias y críticas a la Corte y a la ministra en su conferencia mañanera, hechos que, de acuerdo con especialistas, hablan de que él mantendrá un trato institucional pero lejano, mientras que ella buscará hacer valer la autonomía del Poder Judicial.

Tras la elección al frente de la Corte, en la que se quedó en el camino Yasmín Esquivel, quien sigue inmersa en un escándalo por el plagio de su tesis de licenciatura , el presidente de la República afirmó que le parecía bien que una mujer hubiera sido elegida como presidenta, pero dejó en claro que su perfil no era afín a su proyecto de transformación. “Nosotros no imponemos nada en la Corte y es tan evidente, aunque no lo quieran aceptar, que la presidenta Norma Piña siempre ha votado en contra de las iniciativas que nosotros hemos defendido. Es único el momento que estamos viviendo, nadie puede decir que hay subordinación, como era antes, de los poderes al Ejecutivo”, dijo en su conferencia matutina del 3 de enero. Durante estas cuatro semanas, el único acercamiento del Ejecutivo con el Judicial se dio a través del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien visitó a la ministra para informarle sobre las “prioridades” del presidente para la recta final de su administración. El encargado de la política interna acudió acompañado por la consejera jurídica de la Presidencia, María Estela Ríos. En ese encuentro, el titular de la Segob planteó como temas prioritarios para el presidente las acciones de inconstitucionalidad contra la Guardia Nacional, la posible extradición de Ovidio Guzmán, así como las controversias contra el llamado » Plan b” de la reforma electoral.

De acuerdo con versiones periodísticas, la ministra planteó al secretario que en el Poder Judicial también se tiene tiempos y prioridades. Esa sería una muestra de que la relación tersa que prevaleció entre López Obrador y el expresidente de la Corte, Arturo Zaldívar, no tendría continuidad en su presidencia. Para Octavio Martínez Camacho, doctor en Derecho por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, la ministra ya perfiló que no tendrá una relación tan cercana con el presidente de la República y que defenderá la autonomía. “La de Norma Piña es una presidencia que buscará una autonomía, buscará evitar los cuestionamientos sobre sí las decisiones que tome, al menos ella como presidenta, puedan estar influidos o no por el Poder Ejecutivo. La distancia que está tomando no es porque tenga algo en contra del presidente, sino para retomar la autonomía del Poder Judicial”, afirmó. Desde Palacio Nacional, lo que sí ha prevalecido son cuestionamientos al trabajo de Piña. En una conferencia de prensa, López Obrador afirmó que desde que llegó a la Presidencia Norma Piña «hay más actos ilegales en ese poder». “Ahora que ganó la señora Piña y que supuestamente nosotros perdimos, como si nos importara estar sometiendo poderes, como era antes, como ellos estaban acostumbrados, pues ahora estamos notando que hay más actos que consideramos ilegales y de injusticias en contra del interés público ”, dijo el presidente, el pasado 20 de enero. Y ha habido más críticas hacia la presidenta de la Corte. El 26 de enero, el presidente recomendó a la ministra empezar por combatir la corrupción en el Poder Judicial. “Recuerdo que ayer me hablaban de que la presidenta de la Suprema Corte hablaba de que había que reactivar todo el sistema anticorrupción; pues que empiece por el Poder Judicial, tiene bastante trabajo, con todo respeto”, dijo el jueves pasado. El presidente tenía como una de sus candidatas favoritas para ocupar la presidencia de la Corte, justamente a Yasmín Esquivel, pieza que él mismo empujó para que llegara la Corte. El presidente rechazó que a la brevedad se vaya a reunir con la ministra, como sí lo hacía con cierta periodicidad con Arturo Zaldívar, ministro al que él y los legisladores de Morena, intentaron que extendiera su presidencia hasta el 2024, con el argumento de que solo él podía encabezar la transformación de ese poder. “Ahora no, ahora no, no tenemos ninguna necesidad (de reunirnos), no hay ningún acuerdo a tratar, lo que llevamos con la Corte como una cuestión especial es lo de Ayotzinapa”, planteó.

Para AMLO es clave el Poder Judicial

Expertos consultados por Expansión Política explican que para el presidente Andrés Manuel López Obrador la Corte es clave para el futuro de algunos de sus proyectos, por lo que para él era muy importante que en la presidencia hubiera un perfil afín a la llamada «Cuarta Transformación». La importancia de ese cargo reside en que es el presidente de la Corte es quien decide qué temas se someten a votación. “Los presidentes normalmente buscan controlar no únicamente los espacios del Poder Judicial, o sea los ministros y las ministras, sino a la presidencia porque tiene atribuciones que son importantes para la forma en la que se resuelven los asuntos. Las presidencias controlan las agendas. La ministra Piña controla la agenda del Poder Judicial, ella decide qué temas se suben y cuáles no a la discusiones del poder judicial”, explica Gustavo López Montiel, doctor en Ciencia Política por The New School for Social Research (New York) y académico del Tec de Monterrey. Sin embargo, la ministra presidenta ya perfiló que con el Ejecutivo la relación será institucional, y buscará defender la autonomía del Poder Judicial. “Estamos notando una presidenta muy sobria en el trato con el Poder Ejecutivo, vamos a notar una presidenta que buscará que haya transparencia en su cercanía con el presidente, pero sobre todo evitar que pueda cuestionarse sobre su autonomía”, dice Octavio Martínez.

Norma Piña, ¿una ministra anti 4T? Norma Piña es una de las mujeres en las que el presidente Andrés Manuel López Obrador no tiene confianza. Aunque no dio nombres, la semana pasada reveló que solo confía en tres ministros, entre los cuales estaría Arturo Zaldívar. “La mayoría viene del antiguo régimen y no se atreven a llevar a cabo una reforma de fondo en el Poder Judicial”, dijo el presidente. La hoy presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha dado varios ‘no’ a los proyectos prioritarios del presidente López Obrador. En concreto, Norma Piña votó solo a favor de tres de 18 asuntos que eran importantes para el presidente. Entre las votaciones en contra que ha dado Piña, destacan su rechazo a la Ley Orgánica del Poder Judicial con las que, justamente, se proponía ampliar dos años el periodo de Arturo Zaldívar como presidente de la Corte.

Para José Perdomo Galicia, especialista en Derecho de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle, la ministra presidenta de la Corte no necesita gozar de la simpatía del presidente López Obrador pues ella fue electa por miembros de un poder autónomo. “Constitucionalmente fue electa y tiene toda la fuerza la ministra Norma Piña, representa el Poder Judicial con toda la fuerza que ello significa, teniendo o no teniendo al Ejecutivo federal, que la quiera saludar o reunirse con él”, precisa. Esta misma semana el presidente nuevamente se refirió al Poder Judicial. Dijo que si no avalan la constitucionalidad de su plan b de reforma electoral, solo será una “manchita más al tigre” que se suman a las decisiones que ha ido tomando en los últimos años. “Cuando dicen el plan B, si la Corte, que es hasta posible, rechazara la ley electoral, la verdad, la verdad, no pasaría nada, o sea, sería una manchita más al tigre porque estarían avalando salarios estratosféricos para altos funcionarios públicos; pero los mismos ministros están también violando la Constitución, porque ganan mucho más que lo que gana el presidente de la República”, dijo el lunes pasado. Perdomo Galicia afirma que la distancia que está marcando la propia ministra de la Suprema Corte es benéfica para el equilibrio de poderes de un país donde el presidencialismo suele avasallar a los otros poderes. “Como abogados aplaudimos la decisión de la ministra Norma Piña de establecer sus prioridades, ésta es una decisión constitucional”, agrega. Gustavo López Montiel sostiene que a pesar de que los ministros suelen ser propuestos por un presidente, cuando se termina el sexenio de quien los impulso, ellos suelen actuar con más autonomía, como está sucediendo con la ministra Piña. “Piña no era la opción de presidenta que buscaba el presidente López Obrador, por lo que al no tener a la ministra supeditada, el presidente comienza a arreciar el ataque a la Suprema Corte porque cree que haciéndolo de esa forma, debilitan al Poder Judicial y va a poder incidir en las decisiones que los ministros tomen”, advierte López Montiel. A las constantes criticas que recibe el Poder Judicial sobre su actuar, la ministra presidenta afirmó que su legitimidad depende de las resoluciones que toman como juzgadores. “Nuestra legitimidad como Poder Judicial siempre debe provenir de la integridad, coherencia y excelencia de nuestras resoluciones”, dijo hace unos días al encabezar la Primera Reunión de Coordinadores de Magistradas y Magistrados de Circuito, y de Jueces y Juezas de Distrito.

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