La esperanza que generó la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República ya se convirtió en decepción y coraje para los padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Desesperados y molestos por no recibir respuesta a su petición de un encuentro y diálogo con el presidente López Obrador, tras nueve días de plantón en el Zócalo de la Ciudad de México, decidieron acercarse a Palacio Nacional la mañana de este miércoles, sin embargo, al recibir un no por respuesta, derribaron una de las puertas para intentar ingresar a la fuerza a la sede del poder Ejecutivo.

El coraje que tenemos es porque el gobierno se burla de nosotros”

“Buscamos por todos los medios el canal para que el presidente nos atendiera. Fuimos a la Secretaría de Gobernación, fuimos al Senado y no hubo ni una respuesta por parte de sus funcionarios para que el presidente conociera nuestras demandas. No ha habido una respuesta por parte del presidente. No vino nadie, absolutamente nadie, ningún funcionario, por eso tuvimos que tocar puertas en palacio para llevar un documento. Y pues nadie salió, al contrario, nos recibieron con gases lacrimógenos, la respuesta de los chavos y los padres fue entramos a fuerzas”, explica en entrevista Clemente Rodríguez, padre de Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, uno de los jóvenes desaparecidos desde 2014. Los normalistas derribaron las vallas que se colocan sobre la calle Moneda para limitar el acceso, luego tomaron una camioneta blanca con siglas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para, mediante la fuerza, derribar la puerta por la que ingresan todos los días los reporteros que cubren las actividades del presidente de la República. Justo en ese momento, el presidente Andrés Manuel López Obrador hablaba del caso Ayotzinapa, una de las 100 promesas que hizo en las primeras horas de su gobierno.

¿Por qué están molestos los padres de Ayotzinapa? El caso Ayotzinapa ha venido de más a menos. El arranque del gobierno de López Obrador dio esperanzas a los padres de los normalistas de esclarecer lo que sucedió la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre. El gobierno de López Obrador comenzó tomando medidas para investigar a “fondo la desaparición de los jóvenes, conocer la verdad y castigar a los responsables”: creó la Comisión de la Verdad, cuyo presidente fue Alejandro Encinas, entonces subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, y se formó la Unidad Especial de Investigación y Litigacón para el caso, además regresó el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIE).

Además, el presidente Andrés Manuel López sostenía encuentros periódicos con los padres de familia y sus abogados, a las que asistía el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, y otros funcionarios públicos. Sin embargo, desde hace algunos meses la situación cambió: la investigación entró en pausa luego la detención y después liberación de militares, la salida del fiscal Omar Gómez Trejo de la Unidad Especial de Investigación y Litigación para el Caso Ayotzinapa, la renuncia de Encinas y que el GIEI dejara el caso y denunciara obstáculos. Padres de Ayotzinapa han acusado que el Ejército no quiere entregar información clave para la investigación, por lo que desde finales de febrero instalaron un plantón en el Zócalo. “Estamos pidiendo que nos reciba y que el Éjercito entregue los 800 folios ”, agrega Clemente Rodríguez. En las últimas dos semanas, los padres de los estudiantes se han manifestado en diferentes recintos. El martes pasado acudieron a las instalaciones de la Secretaría de Gobernación, donde realizaron bloqueos, pintaron paredes y lanzaron proyectiles. Un día después, fueron al Senado de la República, donde lanzaron petardos como forma de protesta. El 28 de febrero pasado, también fueron a las oficinas de la Secretaría de Relaciones Exteriores donde también realizaron pintas y lanzaron petardos.

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