“Te quitan pensión, promueve un amparo; no te dan vacunas, promueve un amparo; no dejan casarte, promueve también”, canta el magistrado Samuel Meraz, quien en redes sociales y televisión se ha hecho famoso por protestar en contra de la reforma al Poder Judicial con canciones. Mientras él canta para protestar, algunos de los manifestantes sacan sus mejores pasos de baile, ya sean salsa, rap o banda y hasta norteña, pues el magistrado tiene seis canciones con diversos ritmos y asegura que vienen baladas para rechazar la reforma que legisladores de Morena impulsan.

Antes de comenzar su segunda canción en las escalinatas de la sede del Poder Judicial de la Federación (PJF) en Avenida Revolución, dice al resto de los manifestantes: “Yo también comencé desde abajo como ustedes”. Después toma el micrófono, su teléfono para guiarse en la letra y canta en ritmo de banda: “Venimos desde abajo chambeando, estudiando, dándoles con todo, no hay otra manera para progresar. Yo fui meritorio, oficial y actuario, secretario en juzgado, tribunal colegiado, y hoy soy titular”. Cualquiera creería que el magistrado Samuel Meraz ha recibido clases de canto, pero no es así, pues asegura que le gusta cantar y componer, por lo que él fue quien escribió estas canciones para manifestarse. Además, asegura que prefiere protestar con música que con un discurso “trillado”. “Con música nos manifestamos porque creo que es un lenguaje universal y es una manera de tocar los corazones más rápido que con un discurso trillado. Ojalá que llegue al corazón del presidente Andrés Manuel López Obrador y de la presidenta electa Claudia Sheinbaum. Lo que queremos es que nos den la oportunidad de platicar», menciona. Cuenta que comenzó en el Poder Judicial como practicante en 1997 en Durango, donde no recibía pago alguno por el trabajo que realizaba y de ahí fue subiendo de puesto hasta llegar a ser magistrado; por ello defiende la carrera judicial, la cual le ha permitido ocupar el lugar que ahora tiene. «Fui escalando. Por eso esa canción que se llama ´Yo soy de carrera´; de esto se trata, pues como todos los demás vamos escalando y eso está tambaleante si se lle a aprobar la reforma. Las personas que están ahorita como actuarios o secretarios se podrían ver mermados sus aspiraciones para acceder a juez o magistrado», menciona a Expansión Política. El magistrado -quien no deja de dar entrevistas, pues se ha hecho famoso- dice que entre los sacrificios que ha tenido que realizar por continuar en el Poder Judicial son dejar a un lado vacaciones con su familia y ver crecer a su hijo. «Soy de segundo matrimonio; en el primero recuerdo que yo trabajaba de lunes a domingo y no descansaba y tenía que sacrificar vacaciones. Tenía un pequeñito, que me iba en la mañana y estaba dormido; llegaba en la noche y estaba dormido. Hay gente que incluso se lleva a sus hijos a las oficinas», cuenta. Samuel Meraz termina de dar entrevistas y continúa cantando; ahora es una salsa llamada «Vamos todos a luchar», y al escucha las primera estrofas parecería que es una melodía de amor a una pareja, pero no, es un llamado a defender el Poder Judicial. «Faltan las palabras que describan el dolor que siento aquí en mi alma, aquí en el corazón. Cuando amas algo, te entregas de verdad; es una gran pesadilla si te lo quieren quitar; se siente una impotencia que no puedes explicar, que te hace sacar las fuerzas cuando empiezas a flaquear y no puedes quedarte sentado, solamente a observar, no puedes quedare callado cuando tiene que protestar», canta mientras algunos empiezan a mover el cuerpo para bailar.

Iniciar sin recibir sueldo Yadira Rodríguez Contreras es otra de las trabajadores del Poder Judicial de la Federación (PJF) que ya cumple con los requisitos para realizar un examen que la puede llevar a se magistrada o jueza, pero si la reforma que impulsa Morena, se aprueba, eso se suspenderá, ya que para ocupar esos cargos será necesario el voto de los ciudadanos. Ella comenzó a laborar en este Poder de Judicial hace 25 años como practicante sin recibir sueldo y ahora es secretaria de juzgado, donde rebasa el salario promedio en México. “Con carrera judicial no importa de donde vengas. Yo provengo de una familia pobre. Jamás tuve un conocido que me metiera”, dice mientras se manifiesta afuera del Palacio de Justicia Federal San Lázaro, en donde hay más de 500 personas bajo una carpas rojas y azules con las cuales se cuiden del sol o de la lluvia. Yadira Rodríguez Contreras es una de los 50 mil servidores públicos de este Poder de la Unión que se manifiesta en contra de la reforma judicial del presidente Andrés Manuel López Obrador, pues aseguran que esta modificación pretende eliminar la carrera judicial como sistema de mérito para acceder a los cargos de juzgadores federales. Ella cuenta a
Expansión Política que llegó al Poder Judicial a pedir una oportunidad cuando estaba en tercer semestre de la carrera de Derecho, por lo que solo le dieron el cargo de “meritorio”, que es parecido a las prácticas profesionales. “Uno viene a trabajar gratis hasta ganarse su lugar. Yo estuve trabajando por seis meses, no nos dan ningún salario, lo único que veníamos a aprender. Actualmente existe la figura de los prácticamente y el Consejo (de la judicatura) ya les da una ayuda. Cuando entre no existía el puesto de practicante, venías a tocar puertas para que un juez te diera la oportunidad”, relata. El trabajo en el Poder Judicial la ha llevado a realizar sacrificios, pues laborar en este lugar, asegura, es trabajar 24/7, ya que en cualquier momento puede salir algún “pendiente”. Señala que una de las renuncias que ha hecho es a no tener hijos. “Absorbe mucho de nuestro tiempo, sacrificamos todo por pertenecer al Poder Judicial y me perdí, sin duda, la oportunidad de poder formar una familia. No pude tener hijos (…) Mas que la decisión, la vida me fue llevando, de repente te das cuenta que el tiempo se fue”, cuenta en lo que alrededor de ella hay más manifestantes desayunado, pues muchos de ellos se quedaron a dormir en este campamento que se encuentra fuera del Palacio de Justicia.

Trabajar en el PJ requiere de tiempo

Sacrificios por trabajar

Marco Antonio Morales Torres, secretario del Primer Tribunal Colegiado, es otro de los manifestantes; cuenta que hace 15 años comenzó a laborar en el Poder Judicial, pero para ello tuvo que realizar un examen en el que participaron 1,500 personas y sólo se quedaba el 2%. “Empecé mediante un concurso que antes se hacia para una especialidad que duraba seis meses. En aquel tiempo participamos al rededor 1,500 personas, en el cual se concursaban por 30 lugares para secretarios de tribunales colegiados de circuito y juzgados de distrito, de eso 30 se admitía a 5 externos y yo fui uno de ellos”, menciona. Menciona que desde que inició a laborar en el Poder Judicial ha tenido tres cargos, a los cuales fue accediendo por exámenes y especializaciones. Aunque dice que le es satisfactorio laborar en este lugar, ha perdido horas de convivencia con su familia e hijos, ya que explicó que usualmente entra a las 9 de la mañana a trabajar, pero llega a salir en la madrugada. “Nosotros ordinariamente entramos a las 9, pero con tal de poder abatir las cargas de trabajo que tenemos, procuramos llegar horas antes y horas de salida de pende; he vivido que a veces solo he acudido a mi casa a bañarme y a regresarme al trabajo”, declara. Además, menciona que el Poder Judicial es como »una esposa», ya que requiere que de tiempo, lo que ha ocasionada alejarse de su familia y llevarlo »a su divorcio». “El Poder judicial es una esposa o esposa celoso que requiere tiempo y entrega, porque si no se lo brindas, te lo cobra y a veces de manera muy cara”, declara. Desde el lunes, trabajadores del Poder Judicial se fueron a paro indefinido de labores en protesta contra la reforma al Poder Judicial, la cual será discutida el lunes 26 de agosto en la Comisión de Puntos Constitucional de la Cámara de Diputados. A esta manifestación se unieron este miércoles jueces y magistrados de los 932 órganos jurisdiccionales del país. Según datos del INEGI los 932 órganos jurisdiccionales (salvo por la SCJN y el TEPJF), están distribuidos en 77 ciudades o municipios del país, que requieren de las labores de 1,580 titulares de órganos jurisdiccionales (juezas, jueces, magistradas y magistrados). Entre los órganos administrativos y jurisdiccionales suman 54,388 personas servidoras públicas. En los campamentos que se realizan a fuera de las sedes del PJF, los manifestantes desayunan y comen, y otros más duermen en estos lugares; Adrián Murillo asegura que hasta el momento no le ha tocado pernoctar en el Palacio de Justicia Federal San Lázaro, pero que «pronto» será. Él es oficial judicial, ya que apenas lleva cuatro años en este Poder de la Unión; cuenta que el siguiente paso es ser actuario o secretario, pero eso será más adelante. Aunque lleva «poco tiempo», asegura que trabajar aquí es «poco pesado, pero bonito». Dice que aunque sale de trabajar a las 16:00 horas, él continúa laborando en su casa hasta la madrugada. Estas cargas de trabajo han provocado que no asista a reuniones familiares, como la graduación de su prima. «He perdido reuniones familiares, de bodas de primos, porque tengo que entregar mis asuntos y para mí sí es importante mi labor que hago en el Poder Judicial. Me han reclamado bastante (por no llegar a reuniones) y ya no me invitan porque dicen que no voy. En una graduación de mi prima y no fui. Se enojo mi prima», menciona. Además, asegura que la reforma al Poder Judicial le afecta porque se plantea retirar el seguro de gastos médicos, el cual actualmente está ocupando, porque se encuentra en tratamiento médico, ya que hace unas semanas estuvo internado por una bacteria que le detectaron en el cuerpo.

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