Desde que en 2016 comenzó a aparecer fijo en la alineación y hasta la fecha solo cuatro jugadores acumulan más victorias sobre nivel reemplazo que las 49.0 de José Ramírez, en la versión de FanGraphs (fWAR); Mookie Betts (53.4), Aaron Judge (50.8) y Francisco Lindor (49.9).
Un desempeño que se expresa con seis visitas al Juego de Estrellas, tres Bates de Plata en la antesala y en seis ocasiones ha finalizado entre los más votados al premio al Jugador Más Valioso.
En los últimos cuatro partidos de la temporada de los Guardianes, el banilejo tratará de inscribir su nombre en un círculo muy exclusivo de velocidad y poder, uno que ni el nivel estratosférico adonde lo ha llevado Shohei Ohtani le quita reverencia.
Ramírez entró al partido del martes frente a los Rojos a falta de tres cuadrangulares para convertirse en apenas el séptimo jugador que alcanza al menos 40 jonrones y 40 bases robadas, el prestigioso club 40-40.
La Para, como le llaman en su círculo cercano, cruzó la barrera de las 40 estafas el pasado viernes, en San Luis, en un curso donde ha sido efectivo en el 85 % de los intentos (solo fue puesto outs siete veces).
El de los 40-40 es una hazaña que solo han logrado José Canseco (1988), Barry Bonds (1996), Alex Rodríguez (1998), Alfonso Soriano (2006), Ronald Acuña Jr., (2023) y Ohtani (2024). Este último elevó el listón hasta los 50-50.
Ramírez, de 32 años, jonroneó el viernes y el sábado ante los Cardenales para entrar a la última semana a tres palos de cuatro bases de la marca. Septiembre y julio han sido los meses de menor producción de cuadrangulares, con cuatro. En mayo logró su tope, con 11.
Del grupo que lo ha logrado, Bonds fue el que requirió de la mayor cantidad de partidos (158). Ohtani lo hizo solo en 126, el más rápido.
Cleveland selló el título de la División Central de la Liga Americana el pasado sábado. Pero Ramírez se ha mantenido en la alineación.
Se quedaron a uno
En la temporada 2022, a Vladimir Guerrero, peraviense como Ramírez, le faltó un cuadrangular para conseguir el 40-40.
Vistiendo la franela de los Expos de Montreal, el hoy inmortal logró su mejor campaña medido por WAR (7.1) y fue cuarto al MVP que ganó Bonds.
Guerrero consiguió su vuelacercas 39 el 24 de septiembre, en la quinta entrada, ante Carl Pavano (Marlins), en el Stade Olympique. En los siguientes dos turnos fue transferido, pero quedaban cinco partidos a la temporada, todos de local en la capital quebequense.
El próximo día alcanzó su almohadilla robada 40 y quedaba el escenario abierto para perseguir la gesta.
Sin embargo, en los dos siguientes choques ante los Marlins y en tres contra los Rojos se fue de 22-6, con dos dobletes y cerró la campaña con 39 jonrones y 40 estafas.
El caso de Soriano, ese 2002, también se quedó a un jonrón de conseguir el 40-40, que eventualmente sí logró en 2006.
Con el uniforme de los Yankees, el entonces intermedista lideró la Americana en robos, con 41 en su espalda, además de imparables (209) y carreras anotadas (128) en un curso donde despachó 51 dobles.
El petromacorisano sumó su robo 40 el siete de septiembre y su palo de cuatro bases 39 diez días más tarde, en el Tropicana Field, ante los Devil Rays. Sin embargo, en los siguientes 11 juegos se fue de 47-11, con tres dobles, y se quedó a las puertas de ese 40-40, a los 26 años.
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