El viernes ocho, Noelvi Marte garantizó que por décimo año en fila la República Dominicana tuviera al menos un jugador en roster de Grandes Ligas suspendido por fallar a una prueba de dopaje. Un asterisco que ha resultado imposible de quitar de ese Marca País.

En el cuerpo de Marte, el prospecto número uno de los Rojos y 21 de MLB Pipeline, se encontró Boldenona y fue castigado con 80 partidos, por lo que tuvo que abandonar el campamento en Goodyear, Arizona. Una mancha a los 22 años en una carrera fulgurante que comenzó en 2018 con un bono de US$1.5 millones de los Marineros. 

Pablo Reyes sabe lo que pesa esa loza sobre la espalda, cómo complica el camino y lo trabajoso que resulta levantarse. También lo engorroso que es explicarlo y, si bien abre una pequeña brecha para abordar el tema, solidariza con sus colegas. 

Desde que la liga comenzó a sancionar (en 2005) solo en dos años (2008 y 2014) no hubo duartiano en la lista. 

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Escuchar a Reyes referirse al tema da una idea sobre el abismo que existe entre la visión de jugadores con relaciones a las entidades que luchan contra el uso de sustancias controladas.

El trauma

“Es difícil, muy difícil… Noelvi Marte es pana mío, yo sé que es muy difícil, pero nosotros estamos ahí para apoyarlo; no voy a abundar mucho de ese tema porque yo entiendo, yo voy a hablar con él, voy a estar en contacto con él porque yo sé que esa situación es difícil de superar”, dijo Reyes.

En febrero de 2020 Reyes fue suspendido por la misma sustancia a una prueba que se le hizo en el invierno de 2019 como jugador de ligas menores de los Piratas en el roster de 40 y vivió un calvario. 

“Muchas veces pasan cosas que nosotros como peloteros no lo decimos y nosotros como peloteros nos cuidamos de eso. ¿Qué pasa? Hay cosas que pasan que desde afuera se ven diferentes a como nosotros lo vemos”, dijo Reyes a DL en la visita de los Medias Rojas al país a la serie con los Rays.

“Hay que tratar es darle apoyo porque al final son de uno. Porque muchas cosas ellos quizás no quieren, porque puedes salir hasta te comes un pollo, lo que sea; mucho porque tiene testosterona y puedes salir. Hay muchas cosas que es mejor ese tema uno no lo trata de tocar porque es un poco difícil y frustrante eso”, explica.

Recargar

Reyes, entonces con 26 años y dos incursiones en la MLB con Pittsburgh en 2018 y 2019, fue dejado libre y un año más tarde tuvo una segunda oportunidad en Milwaukee. Fue firmado por los Medias Rojas en 2023, que lo llamaron al equipo grande y encontró un hueco como utility.

“Jugar Grandes Ligas es difícil, me he preparado, he hecho mi trabajo, mi preparación, me han dado la oportunidad, me tienen como un utility, ese es mi rol, cuando eres un utility te usan aquí, allí”, dice. “Cuando juegas una posición (fija) tienes que ser un caballete que le dieron qué sé yo cuánto, esa es la posición del shortstop, y así sucesivamente, y así como utility si hay que darle un descanso a fulano de tal, ahí estamos, yo me preparo para eso, mi preparación es para utility”.

Reyes se ve dentro de los 26 jugadores que abrirán la temporada en la plantilla de Alex Cora, pero no baja la guardia. 

“Hay que tratar siempre de aprovechar la oportunidad y yo siempre me he preparado mentalmente y físicamente para donde me den la oportunidad tratar de aprovecharla al máximo, al 100%. Bueno, y sucedió así y gracias a Dios estamos aquí hoy en día”, dijo el jugador de los Toros en la Lidom.