Apenas unas semanas después de albergar los Juegos Olímpicos, París inicia el miércoles el último capítulo de su verano deportivo con la ceremonia de apertura de los Juegos Paralímpicos.
Más de 4.000 deportistas con discapacidad física, visual e intelectual competirán en 22 deportes durante los próximos 11 días.
Los organizadores prometen una inauguración espectacular. Volverá a celebrarse fuera de los confines de un estadio, pero a diferencia de la de los Juegos Olímpicos, que incluyó un desfile en barco por el río Sena, ésta tendrá lugar en tierra firme, con los deportistas desfilando por los famosos Campos Elíseos hasta ceremonia en la Plaza de la Concordia.
Thomas Jolly, el director artístico que estuvo al frente también de la ceremonia olímpica, dijo que el acto “mostrará a los atletas paralímpicos y los valores que encarnan» y prometió “actuaciones nunca vistas”.
Los organizadores dijeron que se han vendido más de dos millones de boletos para las competiciones. El jueves se entregarán las primeras medallas en taekwondo, tenis de mesa y ciclismo en pista. Los deportistas se agrupan por niveles de discapacidad para garantizar la mayor igualdad posible. Solo dos de los deportes del programa, golbol y boccia, no tienen equivalente olímpico.
El presidente de Comité Paralímpico Internacional, Andrew Parsons, afirmó que las multitudes que se esperan en París significarán mucho para los deportistas, muchos de los cuales compitieron ante gradas vacías hace tres años en Tokio debido a la pandemia del COVID-19.
“Como nuestra ambición es ser percibidos y entendidos como el acontecimiento deportivo más transformador del planeta, contar con ese ambiente es importante», aseguró a The Associated Press en la víspera de la inauguración.
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