Rusia no debe «boicotear» los Juegos Olímpicos de París, aseguró el miércoles su ministro de Deportes, Oleg Matytsin, pese a las restricciones impuestas a la participación de los atletas rusos en reacción a la campaña militar en Ucrania.
«No debemos desviarnos, cerrarnos, boicotear este movimiento», declaró el ministro en una reunión en la que se refirió a los Juegos de París previstos este verano boreal (26 de julio – 11 de agosto), según comentarios recogidos por la agencia estatal Tass.
Estas declaraciones disipan meses de especulación sobre la respuesta rusa a las drásticas condiciones impuestas, a principios de diciembre, por el Comité Olímpico Internacional a la participación de deportistas rusos y bielorrusos en la gran cita de París.
El COI no solamente ha impuesto a los deportistas de ambos países una participación con bandera neutral, (dispositivo creado durante los JJ OO 1992 de Barcelona para serbios y montenegrinos, objetivos de sanciones internacionales), sino que añadió una serie de criterios sin precedentes.
Los deportistas afectados tan sólo podrán participar a título individual, prohibiendo cualquier demostración de la potencia deportiva rusa durante las pruebas por equipos, y no podrán haber apoyado activamente la ofensiva rusa en Ucrania, un punto verificado primero por las federaciones internacionales y después por el COI.
Un trato «humillante»
Como último obstáculo, hará falta que los deportistas superen las pruebas de clasificación, pese a que algunas federaciones internacionales los reintegraron muy tarde y otras, como la de atletismo, mantiene su exclusión total.
Rusia no ha cesado de juzgar como «humillante» y discriminatorio» el trato hacia sus deportistas, y el presidente Vladimir Putin se guarda desde hace meses su opinión sobre una participación en los Juegos de París.
«¿Ir o no ir? Las condiciones deben ser cuidadosamente analizadas», declaró en diciembre, cuando tan sólo ocho rusos y tres bielorrusos satisfacían los criterios del COI.
Pero después de que los rumores sobre un supuesto boicot ruso agitaran el mundo del deporte en el invierno boreal, Oleg Matytsin valoró que «en la medida de lo posible, debemos preservar la posibilidad de dialogar y de participar en competiciones».
En cualquier caso, el ministro declaró esperar a la próxima reunión de la comisión ejecutiva del COI, del 19 al 21 de marzo.
«Veremos cuál será la decisión final del COI (…) pero hasta ahora la posición es que no hay nuevas recomendaciones o reglamentos», dijo.
El COI siempre ha presentado como definitiva su decisión de diciembre, pero todavía debe tratar un punto: la presencia de rusos y bielorrusos durante la ceremonia de apertura de los JJ OO, luego de que el Comité Paralímpico Internacional les haya prohibido participar en la de los Juegos Paralímpicos del 28 de agosto.
Riesgo de fractura
Desde la invasión de Ucrania por el ejército ruso apoyado por Bielorrusia, a finales de febrero de 2022, el COI busca un complicado equilibrio entre varios asuntos delicados.
Así, la institución con sede en Lausana ha intentado sancionar esta violación clamorosa de la tregua olímpica decretada para los Juegos Olímpicos de invierno 2022 de Pekín y tener en cuenta la gran hostilidad occidental hacia los deportistas rusos, pero a la vez preservar la participación de todos los deportistas, sin consideración política.
«Con gran pesar», el COI recomendó en un primer momento la exclusión de rusos y bielorrusos de las competiciones internacionales para preservar su propia seguridad y evitar una avalancha de boicots, antes de organizar su regreso progresivo desde marzo de 2023.
Además, la organización mantiene un ojo puesto en las competiciones lanzadas por Rusia, como los Juegos del Futuro, los Juegos de BRICS en Kazán o los Juegos Mundiales de la Amistad, que se celebrarán del 15 al 29 de septiembre en Moscú y Ekaterimburgo, todas ellas con un riesgo asociado de fracturar el deporte internacional.
Antes de la ofensiva contra Ucrania, Rusia ya tenía una participación limitada en los JJ OO debido a una serie de escándalos de dopaje institucional que desacreditaron a un gran número de deportistas y oficiales rusos.
Pese a las numerosas pruebas, el Kremlin negó cualquier sistema de dopaje organizado y calificó también las sanciones de medidas punitivas antirrusas.
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