Una de las herencias que tendrá la primera presidenta de México se relaciona con el tema de la salud, una gran deuda que quedó pendiente a lo largo de los último casi seis años. Vale recordar que el presidente Andrés Manuel López Obrador asumió el gobierno con un sistema de salud que, con todos los defectos -y seguramente corrupción- brindaba un servicio a los derechohabientes del IMSS y del ISSSTE y que, con el Seguro Popular, atendía a miles de personas sin seguridad social.

Al finalizar su presidencia, López Obrador deja un sistema bastante deteriorado, muy lejos de Dinamarca y con graves desabastos de medicinas a pesar de la “megafarmacia”, con el agravante de que, conforme el Dr. Julio Frenk, exsecretario de Salud y rector de la Universidad de Miami, desde 2022 cerca de 50.3 millones de personas declararon no tener acceso a servicios de salud, y casi 60% de los mexicanos han recurrido a consultas privadas y a disponer de su pensión del bienestar para la compra de medicamentos. Todo, producto de decisiones imprudentes, tomadas sin diagnósticos y más ideológicas que científicas. Al parecer, Sheinbaum, quien al inicio de la pandemia como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México cuestionó la “estrategia” implementada por el doctor López Gatell, está tomando en serio este reto, al designar a David Kershenobic, un destacado médico exdirector del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, como Secretario de Salud. El ahora nuevo Secretario, en sus primeras declaraciones luego de su nominación, advirtió que el principal reto “sigue siendo que se pueda dar la atención a toda la población, independiente de que tengan o no aseguramiento laboral”, y a pregunta sobre si seremos como Dinamarca respondió: “Yo no sé si necesariamente como Dinamarca, pero de que vamos a avanzar en tener un Sistema de Salud sólido y que pueda durar por mucho tiempo para adelante, sí”. Buen augurio, pero el reto no es fácil. Entre lo que hay que recomponer está el sistema de vacunación. Hasta 2017, México era uno de los países líderes en la aplicación permanente de dosis seguras, efectivas, gratuitas y que prevenían 14 enfermedades, acorde con César Misael Gómez Altamirano, entonces subdirector de Coordinación del Consejo Nacional de Vacunación de la Secretaría de Salud. Gracias a las diversas campañas que se habían implementado en todo el territorio nacional, se evitaron patologías infectocontagiosas y sus complicaciones. El otro tema a corregir es el relativo al suministro de medicamentos, cuya escasez se originó en sexenios anteriores, pero que se agudizó en esta administración gracias a las erróneas decisiones tomadas al inicio del sexenio en cuanto a la adquisición y distribución de las medicinas. Un reto más es el de la atención a la primera infancia, en donde concebir coberturas universales en salud, educación, protección, bienestar y seguridad, son ejes para que el Gobierno de México garantice los derechos a la atención en salud a las niñas y niños, desde sus primeros años de vida.

La presidenta Sheinbaum tendrá que respetar la autonomía de decisión y de acción del nuevo Secretario, quien, a su vez, no deberá aceptar decisiones políticas o ideológicas para poder capitalizar todo lo que su amplísimo currículo dice de él. Mejorar el sistema de Salud de manera coherente y realista implica la unificación de todo el sector a nivel federal, y libertad de decisión, bajo la premisa de que el experto (con gran reconocimiento en la parte médica y administrativa) es él. Sus decisiones deberán ser con criterios científicos que lleven a la superación del reto en salud. El reto para Sheinbaum en este sector (sin soslayar el de seguridad, entre varios más) es asumir una posición más científica que ideológica para no defraudar a los 36 millones de ciudadanos que votaron por ella. Con una formación científica más estructurada, la nueva presidenta tiene todo para corregir el rumbo si es que quiere pasar a la historia no sólo como la primera mujer en ese cargo en México, sino como la presidenta que logró lo que su antecesor no pudo o no quiso. ____ Nota del editor: Mario Maraboto Moreno es Licenciado en Periodismo por la UNAM. Investigador Asociado en la Universidad de Carolina del Norte. Autor del libro «Periodismo y Negocios. Cómo vincular empresas con periodistas». Consultor en Comunicación, Relaciones Públicas y situaciones especiales/crisis desde 1991. Escríbele a su correo mmarabotom@gmail.com y síguelo en X como @mmaraboto . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor. Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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