Vestida de color blanco con un bordado de flores rosas, sin una señal de tonos verde olivo en su ropa y sin la presencia de elementos de las Fuerzas Armadas a su alrededor, el pasado 21 de junio, Claudia Sheinbaum escuchó, por primera vez en un acto oficial, el reconocimiento por el puesto militar que ocupará a partir del 1 de octubre: “Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta electa de México y futura comandanta suprema de las Fuerzas Armadas”, le dijo Raymundo Pedro Morales, director del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. Fue el inicio de un discurso en un evento de supervisión encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador como parte de la gira conjunta que realizan los fines de semana. Sheinbaum sonrió y se llevó la mano derecha al lado izquierdo del pecho, como símbolo de agradecimiento.Fue el primer llamado público del cargo que también asumirá a partir del 1 de octubre cuando se convierta en la primera mujer presidenta de México, pues la política y científica de 62 años también estará al frente de más de 266,000 miembros del Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina Armada de México.
Las mujeres en las Fuerzas Armadas aún son pocas, representan el 13.2% de sus miembros. Así, de las 35,234 mujeres que hay en sus filas, el 9.5% se encuentra en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y un 22% está en la Marina. Si la presencia en las Fuerzas Armadas es de una mujer por cada 10 militares y dos por cada 10 marinos, en puestos de alto rango es mucho menor, una realidad que impidió que se nombrara, por primera vez, a una secretaria de la Defensa o de Marina. Según la Ley Orgánica del Alto Mando, estos puestos solo pueden recaer en un general de división del Ejército o en un almirante de la Marina y, en 2024, ninguna mujer ocupa esos cargos. Gerardo Rodríguez Sánchez, profesor e investigador de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), explica que Sheinbaum estará a cargo del segundo ejército más importante de América Latina (solo detrás del de Brasil) y de la décima fuerza armada más grande del mundo, por el número de elementos. “No es menor que una mujer esté al frente del segundo ejército más importante de América Latina después del de Brasil, tampoco es menor para un futuro aumento de las mujeres en las Fuerzas Armadas”, señala el experto en seguridad nacional, al indicar que menos del 10% de las mujeres en el mundo participan en ellas. En México, la inclusión de la mujer en tareas militares ha ido poco a poco. En 1934, se incorporó María González de Cartes, la primera mujer en el Ejército y Fuerza Aérea en la Intendencia General, y en 1938, se creó la Escuela para Enfermeras del Ejército, exclusiva para el sexo femenino. Después, a las mujeres se les permitió incorporarse progresivamente a la División de Armas (caballería, artillería, arma blindada y fuerza aérea) y participar en áreas administrativas, de salud, logística y operativas. Para leer el especial completo de Claudia Sheinbaum, la primera comandanta de las Fuerzas Armada, da click aquí.
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