Luego de más de dos décadas alejado del equipo con el que se convirtió en ídolo, Sammy Sosa regresó al Wrigley Field y fue recibido como una auténtica leyenda.
El emblemático estadio de los Chicago Cubs se rindió ante el dominicano de 56 años, quien emocionó a los fanáticos con su presencia durante un homenaje cargado de simbolismo, emociones y reconciliación.
Antes del inicio del tercer inning, un video en el marcador recordó los momentos más memorables de Sosa con la camiseta de los Cubs.
El público se levantó para aplaudir al número 21 una vez más, mientras él, con una sonrisa nostálgica, imitaba su tradicional celebración de jonrón. La ovación fue tan fuerte como en sus años de gloria.
Desde su llegada al estadio, Sosa fue recibido con muestras de afecto. Abrazó al presidente del equipo, Tom Ricketts, conversó con el joven Pete Crow-Armstrong, y compartió una charla con el mánager Craig Counsell. Para Crow-Armstrong, la presencia del histórico jugador era “importante” y representaba un puente entre generaciones.
Durante su paso por los Cubs, entre 1993 y 2004, Sosa dejó estadísticas memorables: 7,607 apariciones al plato con promedio de .285, 45 jonrones y 116 carreras impulsadas por temporada. Fue al Juego de Estrellas en siete ocasiones, seis Bates de Plata y fue MVP de la Liga Nacional en 1998.
La carrera ante McGwire
Ese año protagonizó una de las rivalidades más icónicas del béisbol junto a Mark McGwire, al competir por el récord de jonrones en una temporada. Aquella carrera no solo revitalizó el interés en el deporte tras la huelga del ’94, sino que también consolidó a Sosa como una figura global del juego.
Pero su relación con la franquicia terminó abruptamente en 2004, tras una polémica ausencia en el último partido de la temporada y rumores de tensiones con el vestuario. El escándalo por presunto uso de esteroides y su testimonio ante el Congreso en 2005 marcaron aún más la ruptura con el equipo.
No fue invitado a celebrar el campeonato de 2016 ni a participar en actividades del club durante años. Su número 21 jamás fue retirado, y su ausencia del estadio se prolongó hasta que, en 2024, Sosa emitió una carta de disculpas a la organización y sus fanáticos.
Ese gesto cambió la historia: fue invitado al festival de fanáticos de 2025 y anunciado como nuevo miembro del Salón de la Fama de los Cubs.
El emotivo regreso a Wrigley Field simboliza más que una visita, representa el cierre de un capítulo complejo y el renacer de un vínculo eterno entre el ídolo y su afición.
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