Durante el fin de semana del Juego de Estrellas, Las jugadoras y la WNBA tuvieron el primer encuentro presencial en meses durante el fin de semana del Juego de Estrellas de la liga.
Calificarlo como carente de contenido sería quedarse corto. «Oportunidad desperdiciada», «falta de respeto» y «frustración» fueron algunas de las palabras que las jugadoras usaron para describirlo.
Sin embargo, hubo un mensaje claro: con 40 jugadoras presentes —veteranas, novatas, estrellas y suplentes— fue el mayor encuentro desde la burbuja («Wubble») y una fuerte demostración de compromiso.
“Espero que esto acelere el proceso, para que no estemos yendo y viniendo como si quisieran probarnos a ver quién cede primero. Porque nosotras no vamos a ceder,” dijo Napheesa Collier, ala-pívot de Minnesota Lynx, vicepresidenta de la asociación de jugadoras y favorita al MVP esta temporada.
La WNBA, como U.S. Soccer en su momento, parece creer que las jugadoras deberían sentirse agradecidas simplemente por poder jugar. Que el dinero invertido por la NBA y algunos de sus propietarios les da derecho a reducir los beneficios de las jugadoras indefinidamente.
Curiosamente, esto nunca se cuestiona en los equipos masculinos, incluso en aquellos que generan pérdidas año tras año.
La comisionada de la WNBA, Cathy Engelbert, declaró que las conversaciones son “un proceso”, y que ambas partes están en “modo escucha”.
Pero ¿realmente están escuchando? Han pasado nueve meses desde que las jugadoras rechazaron el contrato anterior y cinco desde que presentaron sus propuestas. Llegar al encuentro sin preparación ni intención real de negociar es una mala señal.
Breanna Stewart, también vicepresidenta del sindicato, lo resumió con incredulidad: “Fue impactante. Apenas hubo puntos en común. Tal vez dos temas sobre los que podemos avanzar.”
Este momento recuerda lo ocurrido con la selección femenina de fútbol de EE. UU. en 2019, cuando demandaron a U.S. Soccer por igualdad salarial. La federación subestimó su preparación, compromiso y el apoyo público. Al ganar el Mundial, los cánticos de “¡Igual salario!” fueron una humillante reprimenda para la federación.
La liga crece
La WNBA vive un crecimiento explosivo. A partir del próximo año, recibirá $200 millones al año por derechos televisivos.
Las franquicias aumentan su valor, los patrocinadores hacen fila para invertir… pero los salarios de las jugadoras siguen estancados en $250,000, con solo un 10% de participación en ingresos, en contraste con el 50% que ofrecen muchas ligas masculinas.
“Queremos parte de ese crecimiento,” dijo A’ja Wilson. “Lo vemos, lo entendemos, y lo vamos a exigir.”
Las jugadoras saben lo que valen. Los fans lo saben. Falta que la liga también lo reconozca, como bien expresó Nneka Ogwumike, presidenta del sindicato.
“La liga tiene una elección: colaborar como un socio justo o quedar como una autoridad que solo cedió obligada por la presión. Quizá deberían preguntarle a U.S. Soccer qué camino es mejor.”
Comentarios recientes