Con insuficiente formación, escaso acompañamiento pedagógico y un arranque apresurado, los docentes del país tuvieron que aplicar en las aulas los cambios al modelo de educación básica, conocido como la Nueva Escuela Mexicana. Esta falta de capacitación llevó al profesorado a operar con incertidumbre, recursos y material pedagógico limitados, revela el estudio Voces desde el aula, de Mexicanos Primero.

“La implementación fue una total locura. Nos dijeron: ‘Profes, háganle como puedan’”. Patricia Vázquez, directora de la organización, citó así la opinión de algunos docentes entrevistados sobre su experiencia con el nuevo modelo. Los retos en la implementación son enormes, explicó, debido a que el sistema educativo mexicano es complejo y es el décimo más grande del mudo. También, porque lo más básico, como la infraestructura y los materiales educativos, no está garantizado en todos los planteles. Vázquez afirmó que no hay evidencia de que el nuevo modelo priorice atender los aprendizajes fundamentales con mayor rezago. “Las escuelas siguen sin tener una infraestructura adecuada; los materiales nunca llegan a tiempo o llegan tarde; tenemos una formación docente que no se asegura ni en lo esencial”, expuso. Analuci Ayora, coordinadora de Mexicanos Primero en Yucatán, dijo que el proceso de adaptación al nuevo modelo estuvo marcado por la falta de recursos y formación específica. “Las y los docentes valoran que la Nueva Escuela Mexicana reconozca la identidad, la comunidad y la diversidad cultural”, mencionó. “Pero aún falta mucho para que estas ideas se traduzcan en condiciones materiales. Señalan que no hay materiales suficientes y pertinentes para educar a la población indígena en sus lenguas, en este caso maya. Ni los recursos adaptados para estudiantes con discapacidad”, apuntó. “La inclusión, entonces, sigue siendo más una intención que una realidad”, lamentó.

Los maestros aplican el modelo pese a las carencias Para conocer su experiencia con la implementación de la Nueva Escuela Mexicana, que arrancó en el ciclo escolar 2023-2024, Mexicanos Primero entrevistó a varios docentes de Jalisco, Michoacán, Sinaloa y Yucatán. También realizó grupos focales. Casi dos años después, los profesores de escuelas públicas de educación básica comparten cómo viven el proceso. Destacan la propuesta del aprendizaje basado en proyectos y su vinculación con la comunidad. Consideraran que esto favorece la participación activa de los estudiantes, el desarrollo de sus capacidades de indagación y su formación socioemocional. También aprecian la autonomía docente propuesta en el nuevo modelo educativo. Sin embargo, la mayoría dijo que no contaban con la experiencia, la formación o el apoyo adecuados para ejercerla. Según el estudio, los maestros también expresaron su preocupación por la premura en la implementación de la Nueva Escuela Mexicana y por las limitaciones para fortalecer los aprendizajes básicos: lectura, escritura y matemáticas. “Es importante asegurar los aprendizajes fundamentales, fortalecer la formación docente y su acompañamiento técnico-pedagógico”, indicó en la presentación del estudio Maura Rubio, directora de Investigación de Mexicanos Primero.

A decir de Ángel Leyva, coordinador de la misma organización en Sinaloa, no hubo marcadas resistencias a la Nueva Escuela Mexicana en esta entidad federativa. No obstante, su implementación fue difícil debido a la falta de preparación y conocimiento de los cambios. “Y aun así, con la confusión, con las dificultades y sin las herramientas suficientes para responder a la adversidad, (los docentes) tomaron este reto”, reconoció. Martha Patricia Pereyra, coordinadora de Investigación en Mexicanos Primero Jalisco, indicó que los cambios en el modelo también aumentaron la carga administrativa del personal docente. “Se identificó la necesidad de que desde las autoridades se informe, se apoye e involucre a las familias en el proceso educativo”, subrayó. Erik Avilés, representante de Mexicanos Primero en Michoacán, agregó que los docentes de ese estado consideraron que el modelo se aplicó en condiciones desfavorables y se centró en combatir la corrupción en el sistema educativo. Las autoridades promovieron la participación de los docentes en el diseño del nuevo esquema, pero estos lo percibieron como una forma de legitimar las decisiones que el gobierno ya había tomado. “Pese a carencias, el magisterio responde con responsabilidad y compromiso”, destacó. Ante este panorama, la organización urgió a las autoridades educativas a garantizar los aprendizajes mínimos, asegurar una formación docente de calidad, incrementar el presupuesto público en educación y dignificar las condiciones de trabajo del magisterio.

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