El presidente Andrés Manuel López Obrador reveló que en 2018 pudo haber disputado por la presidencia de la República con el actor y comediante Eugenio Derbez, en un «intento desesperado del empresariado dominante» por impedir su triunfo electoral. En su libro Gracias , presentado por el mandatario, aborda revelaciones que según él hicieron sus “gargantas profundas” infiltradas en reuniones realizadas en 2018 entre miembros de los grupos empresariales y el círculo cercano del expresidente Enrique Peña Nieto. De acuerdo con el mantario, le informaban las pláticas sostenidas en torno a la estrategia electoral a seguir para asegurar el triunfo de la oposición.

Confesiones de EPN

Fue así que surgió la posibilidad de postular a Derbez, quien al parecer era el único que podría hacerle frente, aunque también se intentó convencer al empresario Carlos Slim o hacer declinar a José Antonio Meade, entonces abanderado de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y del Verde (PVEM), por Ricardo Anaya, candidato de Acción Nacional, del Partido de la Revolución Democrática (PAN) y Movimiento Ciudadano (MC). “Unos meses antes de las elecciones, como manteníamos una amplia ventaja en las encuestas, el grupo oligárquico, en su desesperación, volvió a visitar a Peña para decirle que contaban con sondeo según los cuales me ganaría el comediante Eugenio Derbez; una de mis gargantas profundas me contó que Peña respondió: ´señores, por favor, sean serios´. “Aparte también supe que intentaron convencer a Carlos Slim para participar como candidato único del PRIAN ofreciéndole la declinación de Meade y Anaya; la veracidad de esta propuesta me la confirmó el mismo Slim, que no aceptó el desafío argumentando que él tenía otro oficio. «Era y sigue siendo un hombre de negocios y, por cierto, nada tonto”, refiere el presidente en su escrito en el que, sin embargo, destaca que en algún momento “Slim trastabilló”. En el capítulo 17, titulado “El 1º de julio de 2018”, López Obrador refiere su camino por la presidencia, la fundación de Morena y múltiples reuniones entre empresarios en torno a cómo frenarlo en las elecciones de 2006, 2012 y 2018, las tres contiendas por la presidencia que ha disputado. Pese a las facilidades fiscales y trato preferencial que recibía el empresariado, añadió, estos siempre se han expresado mal de los expresidentes. Peña Nieto le confesó –escribe el presidente López Obrador– que la oligarquía económica tenía “carácter traicionero», no obstante, más adelante describe a expresidente priista como “un subordinado más de la élite dominante, no perverso pero limitado y frívolo”. Señala como traiciones políticas el intento de hacer declinar a Meade a favor de Anaya y viceversa y que fue el equipo de Peña Nieto, vía su exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray, quien investigó el supuesto caso de corrupción de Ricardo Anaya entorno a la compra de terrenos y construcción de bodegas en Querétaro, pese a que el panista y el funcionario habían sido cercanos.

En ese mismo capítulo el presidente hace referencias a casos de corrupción en el sexenio de Enrique Peña Nieto, cómo se benefició a parientes del expresidente Carlos Salinas, se realizaron obras con participación público privada y se adjudicaron contratos sin licitación. Relata cómo se creó Morena en 2014 y la “comedia de traiciones”, no sólo en decisiones electorales de sus adversarios, sino en las que se refieren a la reforma fiscal y energética contenidas en el Pacto por México. Aun no se calificaba esa elección y el entonces coordinador de la alianza, Manuel Camacho Solís –ya fallecido- les planteó el documento del pacto que, recuerda, él rechazó y pidió al menos que esperaran la calificación del proceso, impugnado por esos partidos, para quedar en libertad de votar por las reformas. Luego vinieron movilizaciones de rechazo a estas y en ese marco López Obrador sostiene que la reforma energética fue en buena medida la causante del infarto que tuvo hace 10 años. “Aclaro que antes de ese gran susto me cuidaba a poco y trabajaba mucho más, pensaba que eso del estrés era una exquisitez pequeño burguesa como la depresión y las frecuentes visitas al psicólogo; sin embargo constaté que estaba equivocado: la hipertensión mata”, agregó.

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