La violencia de género representa una crisis mundial con graves repercusiones para la salud y la vida de las víctimas, de sus familias y de la sociedad en su conjunto. De acuerdo con el informe “ Intensificación de los esfuerzos para eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas ” de las Naciones Unidas, una de las formas de violencia de género que se habrían intensificado a la sombra de la pandemia por Covid-19 habría sido la violencia en contextos digitales, la cual se encuentra plenamente vinculada con las violencias fuera de Internet.

Esta violencia silencia, excluye y vulnera los derechos y libertades de las niñas, adolescentes y mujeres, por ello resulta tan necesario visibilizarla, reconocerla y actuar en colaboración para erradicar estas agresiones. En el 8M, resulta pertinente considerar los hallazgos del Consejo Ciudadano para la Seguridad y la Justicia de la Ciudad de México, que a través de su informe “ Riesgos Digitales del amor romántico ” identificó cuatro ciberdelitos más frecuentes en nuestro contexto: 1) sextorsión, 2) ciberacoso, 3) ciberextorsión por infidelidad y 4) fraude amoroso. Al 10 de febrero de 2023, esta organización indicó que solo en 2022 se atendieron más de 1,711 casos, y en el primer mes de este año 2023, este Consejo Ciudadano habría registrado 142 casos. Es importante subrayar que, de acuerdo con sus datos, la conducta más reportada con el 79.7% de los casos es por sextorsión y en segundo lugar por el ciberacoso con un 9.7%. El ciberdelito más reportado, en el caso de niñas y adolescentes mexicanas, es la sextorsión. La violencia de género que se apoya en las tecnologías de la información y la comunicación incluye acoso, amenazas, extorsión por contenido íntimo, difamación, exposición no consensuada de imágenes íntimas, vulneraciones a la privacidad, divulgación de datos personales, suplantación de identidad y hostigamiento en sus redes sociales. Estas conductas, además de afectar la seguridad y privacidad en línea de las mujeres, tienen efectos en su salud emocional y mental, en su patrimonio y en su bienestar en general, por eso debemos aprender más sobre ella, a fin de combatirla de manera eficiente. No debemos dejar de lado que, en el mundo, pero particularmente en América Latina, existen iniciativas que luchan por un Internet seguro para las mujeres. En nuestro país, debemos reconocer los esfuerzos realizados por la activista Olimpia Coral Melo y los colectivos feministas que han impulsado y colocado en la agenda pública una temática que debe ocuparnos a todos, pues la violencia de género es una forma de discriminación contra la mujer y una vulneración a sus derechos humanos y cuando esta violencia se apoya en tecnología sus efectos pueden expandirse y potenciarse.

En la coyuntura que nos encontramos, el 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, debemos recordar que todas las formas de violencia contra las mujeres son inaceptables. Por ello, resulta importante trabajar juntos y juntas para crear un mundo más seguro e igualitario: y eso debe incluir las interacciones en el entorno digital. Si bien como sociedad entendemos que Internet es un facilitador de la comunicación, potenciador de las interacciones humanas y su desarrollo, debemos realizar un ejercicio de reflexión y deliberación sobre los riesgos y desafíos derivados de la digitalización de nuestras interacciones. En este nuevo paradigma del uso crítico y responsable de la información y los medios digitales, un punto clave para todas y todos será la comprensión de que, si bien acercarnos a la información es importante para nuestro desarrollo, también debemos considerar protegernos de cierta manera; así como la información facilita el goce de derechos y libertades para los individuos y las sociedades, la desinformación los obstaculiza, y la violencia digital los frena y, muchas veces, los vulnera o limita. Este es el giro evolutivo que deben afrontar las instituciones y la sociedad, para lograr así la armonía entre nuestros retos pasados y presentes: el reto de antes, que sigue vigente, era socializar la información para conocer y gozar de nuestros derechos. Ahora, en pleno auge de las TIC, es continuar desarrollando el potencial de estas herramientas desde un enfoque centrado en los derechos humanos: en el que será imprescindible detener la violencia contra las mujeres a fin de garantizar el pleno ejercicio de sus derechos y libertades. ___________________ Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.

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