Durante 2020, México registró la mayor tasa de mortalidad materna de los últimos 20 años, según datos del estudio Tendencias de la mortalidad materna 2000 a 2020 . En el año 2000, la razón de mortalidad materna en el país fue de 57 decesos por cada 100,000 nacidos vivos y esa cifra disminuyó a 53 en 2005 y a 51 en 2010. Después, en 2015, registró una ligera alza, con 52. Para 2020 se estimaron 59 muertes maternas por cada 100,000 nacidos vivos, revela el informe difundido en febrero de este año.

La medición de la muerte materna es uno de los indicadores más importante para evaluar el desarrollo de un país y la capacidad resolutiva de su sistema de salud, pues registra los fallecimientos de las mujeres de entre 15 y 49 años por causas prevenibles relacionadas con el embarazo o el parto. El estudio explica que la pandemia de Covid-19 contribuyó al estancamiento del progreso observado en la disminución de las muertes maternas. El aumento de estos fallecimientos podría explicarse por dos causas: varias mujeres embarazadas murieron por contagiarse del virus SARS-CoV-2 y otras fallecieron pese a que las complicaciones en el embarazo se hubieran prevenido o atendido si los servicios de salud no se hubieran interrumpido por la pandemia. “Una revisión sistemática de 2022 encontró evidencia de exceso de mortalidad materna en cuatro estudios de México, Perú, Sudáfrica y Uganda”, expone el documento, basado en estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Unicef, el Grupo del Banco Mundial y el Fondo de Población de las Naciones Unidas. Alrededor de 2 millones 369,000 nacieron vivos en México en el año 2000 y 1,339 mujeres murieron en el embarazo o después del parto. Para 2020, se estima que nacieron 1 millón 961,000 bebés y 1,159 madres perdieron la vida. A nivel global, durante 2020, “aproximadamente 800 mujeres murieron cada día por causas prevenibles relacionadas con el embarazo y el parto, lo que significa que una mujer muere cada dos minutos”, advirtieron los organismos internacionales.

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