«El béisbol es como ir a misa. Muchos van, pero pocos entienden» Leo Durocher Exmánager

En el choque del martes de Estrellas vs Licey que ganaron los felinos 8×5, en un repunte espectacular el “toque suicida” de Pablo Reyes fue una jugada clave en el rally de cuatro anotaciones.

El lunes en el juego de Águilas-Licey le había preguntado a Fernando Ravelo y Franklin Mirabal, si el “toque suicida” había desaparecido de la agenda del mánayer José Offerman.

Si bien es cierto que los outs no se regalan y un exceso de sacrificios no es provechoso, algunas veces dedemos regresar a la frecuencia modulada y sacarle punta a jugadas del pasado.

La sabermetría ha colocado en el paredón a los robos de bases y el toque de bolas y cada día son menos frecuentes para “motorizar” la ofensiva de un juego de béisbol. Poco a poco ha desaparecido lo que Buck Canel, el gran maestro de la narración radial llamaba “ambiente de toque”.

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La jugada que ha desaparecido en un 99.9% es la del “squeeze play”, acción también conocida como “jugada suicida” o “de cuña”, en el pasado una de las más espectaculares por lo sorpresivo y alto riesgo, pero los mánagers de la tecnología de punta no la tienen marcada en su Ipad.

El “squeeze play” es un toque para empujar al corredor anclado en la tercera, mientras el equipo de la defensa se ocupa de poner fuera en primera al hacedor del sacrificio.

¿Por qué se le dice “suicida”?

Por la dificultad que implica, es muy difícil su éxito sobre todo cuando el bateador está contra la pared con dos strikes y dos outs.

Porque si en el intento la pelota sale por la zona de foul, es out por regla. Se recomienda la puesta en ejecución de esta jugada cuando se va perdiendo por una carrera o cuando el juego está empatado.

No todo lo del pasado es negativo y el “toque suicida” tiene sus aristas positivas.

El béisbol no es una calle de dos aceras, también tiene sus veredas y la “jugada de cuña” es una de ella.

Un día como hoy

En 1958, en el Estadio Ramfis, las Águilas Cibaeñas superaron 1-0 a las Estrellas Orientales. El juego duró 1 hora y 25 minutos. Los pitchers William Dufout por las Águilas y Carlton Willey de los Orientales se enfrentaron en uno de los duelos más brillantes. Duford permitió tres hits y Willey dos.

En 1964, Porfirio Cáceres, lanzador derecho de La Vega, fue firmado por tres mil dólares por los Mets de New York.

En 1987, las Estrellas de Oriente derrotan 7-6 a los Leones del Escogido en el Tetelo Vargas y lo descalifican para optar por el banderín.

En 1993, José Uribe, agente libre, es firmado por los Astros de Houston.

En el 2011, los Vigilantes de Texas firman al agente libre Adrián Beltré, tercera base, por un contrato de seis años por un valor de $96 millones de dólares.

En el 2017, los Tigres del Licey destituyeron a su manager Pat Kelly, un día después de un inusitado error en un encuentro. Kelly fue despedido por los Tigres de Licey tras la derrota ante las Águilas Cibaeñas. El relevista del Licey, Rafael Soriano, llegó al octavo inning con ventaja de 2-0, pero permitió dos imparables. Kelly acudió a la lomita para retirar al lanzador. Sin embargo, nadie estaba preparándose en el bullpen. Leyson Séptimo, terminó subiendo al montículo y dio un boleto al único rival que tuvo frente a sí. Las Águilas terminaron anotando cinco carreras y se impusieron por 5-2.