En medio de un invierno en el que se han firmado decenas de contratos por mucho, mucho dinero, Grandes Ligas conforma un comité económico para tratar de frenar el alza en los salarios de los jugadores, al menos así se ve, luego que Steve Cohen, con los Mets, y Peter Seidler, de los Padres, decidieran amenazar el “status quo” de billonarios que no tienen el mismo interés que ellos de abrir las carteras.

Pero el sindicato de jugadores, como dijo durante el fin de semana Tony Clark y en una conferencia de prensa vía Zoom en la que Diario Libre fue el único medio dominicano invitado, no va a aceptar topes salariales.

¿Y por qué aceptarlo? El negocio del béisbol está en un buen momento, asegura Clark.

Los números dicen que, en el 2022, los ingresos de Grandes Ligas superaron los del 2019, previo a la pandemia.,

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Pero los dueños no se ayudan tampoco. Los Orioles dijeron que a pesar de haber tenido buenos resultados en el 2022 no están dispuestos a invertir porque el año pasado se excedieron las expectativas.

La nómina de los Atléticos este año es de US$40.9 millones, o lo que es igual a US$2.4 millones menos que el salario de US$43.3 millones que recibirá Max Scherzer, con los Mets de Nueva York.

Los Piratas son el ejemplo más bonito de mediocridad, con una nómina proyectada de US$60 millones, mientras perciben unos US$158 millones por concepto de la repartición de beneficios.

¿El problema de MLB es realmente que haya dueños agresivos que quieren ganar juegos o que algunos apuestan a perder?