En una época en que la información circula a la velocidad de un clic, las y los usuarios de Internet nos enfrentamos a un desafío sin precedentes: identificar qué es confiable y verídico y qué no lo es. Sobre todo, cuando los usuarios principales son adolescentes y jóvenes. Es en ese contexto donde fomentar la lectura familiar se convierte en una actividad que no solo fortalece el vínculo entre quienes integran el seno familiar, sino que también promueve herramientas que impulsan su pensamiento crítico para navegar en un mundo digital saturado de información.

De acuerdo con el informe del Módulo sobre Lectura (MOLEC) 2023 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), solo el 71.6 % de los mexicanos leyó al menos un libro el último año. Entre los jóvenes de 18 a 24 años esa cifra es aún menor, lo que refleja la dificultad para desarrollar un hábito de lectura en una generación más inclinada al contenido digital. Una cifra que nos hace reflexionar porque sin hábitos de lectura crítica, la juventud podría estar expuesta a los impactos negativos de la desinformación en cualquier entorno. Lo anterior es importante porque la lectura familiar ofrece algo más que entretenimiento. Un estudio de la Children’s Bureau en 2023 encontró que los niños que leen junto a sus padres desarrollan una mayor capacidad para diferenciar hechos de opiniones, una habilidad esencial en la era de las noticias falsas ( fake news) . Además, según el MOLEC del Inegi las y los jóvenes prefieren consumir contenido rápido en redes sociales, lo que reemplaza en gran parte la lectura más profunda. Aunque no es necesariamente negativo, si no se les enseña a cuestionar ese contenido, corren el riesgo de absorber información sin pensar críticamente. En ese marco, las madres, los padres de familia y los tutores juegan un rol fundamental. Si un niño crece en un hogar donde la lectura es parte del día a día, es más probable que se convierta en un lector activo. La clave está en compartir lecturas edificantes y veraces en familia. Así, no solo se fomenta el amor por la lectura, sino que se le da a la juventud herramientas para enfrentar un mundo plagado de herramientas tecnológicas, que, desafortunadamente, muchas veces son utilizadas para engañar. También, el National Literacy Trust afirma que los niños que leen con sus padres no solo tienen mejor desempeño escolar, sino que son más proclives a cuestionar lo que ven en redes sociales. Esto es vital en una época donde la sobrecarga de información puede generar confusión. Según la American Academy of Pediatrics , la lectura conjunta mejora su autoestima y les da las herramientas necesarias para formar su propia voz, una habilidad crucial en un mundo donde las distintas versiones de la realidad compiten por nuestra atención.

Sin duda, la lectura en familia no es una práctica anticuada; sino una herramienta para desarrollar una ciudadanía libre, capaz de cuestionar, analizar y discernir entre la verdad y la mentira en un mundo donde la información está siempre al acecho. Garantizar el correcto desarrollo en el mundo digital de nuestras hijas e hijos, de manera segura y responsable, es una tarea fundamental. Por ello, la próxima vez que leas con tus hijos, aprovecha para explorar juntos lo que leen en Internet, enseñarles a identificar fuentes confiables y cuestionar lo que consumen en las redes sociales ¡No hay mejor regalo que una mente crítica! ____ Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.

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