Los ecos de la convocatoria de Mariano Díaz a los partidos amistoso del onceno dominicano contra Puerto Rico en la fecha FIFA de este mes (21 y 25) retumbaron hasta en grandes medios de Europa como Marca y Relevo.

Si esta vez se materializara su vuelta (ya antes fue convocado y no vino), tras esa traumática experiencia de 2013, se trataría del futbolista de matrícula duartiana de mayor vitrina que se enfunda en la absoluta.

Entre la afición dominicana, la nota fue tomada con sentimientos encontrados. Una parte lo celebró, pero otra se las tiene guardadas a Díaz por la demora en ese sí, que lo hace en un momento donde su carrera no tiene norte… a los 31 años de edad.

En su pico de carrera, Díaz (nacido en Cataluña en 1995 de una sanjuanera) escogió ser cola de ratón (al apuntarse a la larga lista de España) que cabeza de león y tuvo razón de sobra para ello, más allá de la ilusión que genera jugar Eurocopa y Mundial para el país donde nació, se formó, el que se lo ha dado casi todo y de donde es su padre y entorno.

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Su primera y única aventura con el fútbol dominicano le asustó. Conocedores de la experiencia explican a Diario Libre que ni siquiera se le fue a buscar al aeropuerto, que durmió en condiciones paupérrimas y hasta faltó uniformes en ese amistoso contra Haití en 2013, en el Félix Sánchez, ganado por los duartianos 2-1, con un gol de Díaz, otro de Kerby Rodríguez y otro del histórico Jonathan Faña. Los tiempos ilusionaban, pero en la cabeza de la federación no había un proyecto ilusionante como sí lo ha habido en el último lustro.

Sus críticos le echan en cara que viene a exhibirse en la Copa Oro del verano, donde una buena participación puede ayudarle a conseguir un buen contrato. Tras ser suplente por cinco temporadas con el Real Madrid (2018-2023), donde ganó tres ligas y dos Champions, su más reciente experiencia fue con el Sevilla, con el que apenas pudo disputar 13 partidos y jugar 320 minutos, lastrado por lesiones musculares.

Díaz, de madre sanjuanera y padre español, si está en salud, tiene la oportunidad de oro de relanzar su carrera, a nivel de clubes y comenzarla en lo internacional. Junior Firpo lo entendió y ya tiene argumentos para ser llevado al Pabellón de la Fama.

El técnico Marcelo Neveleff se la quiere jugar. Ya para los Juegos Olímpicos de París fue convocado y no vino. Esta vez, el “profe” entiende que si el delantero recupera su vieja forma puede ser letal en un verano donde los dominicanos apelan a remontar la serie eliminatoria rumbo a la Copa del Mundo 2026 y causar una grata impresión en Copa Oro.