¿Cómo eran cada uno de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa ? ¿Con qué soñaban? ¿Qué los hacía felices? A 10 años de su depreciación en Iguala, Guerrero, sus familias siguen en busca de sus hijos y de la verdad que los lleve hasta su paradero. Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México en 2018, el gobierno federal asumió el compromiso de esclarecer lo que sucedió esa noche del 26 de septiembre de 2014. Han pasado seis años de que el presidente hizo tal promesa, pero este sigue siendo uno de los grandes pendientes de su gobierno que heredera a su sucesora Claudia Sheinbaum. Y aunque el tiempo ha pasado, los padres, madres, hermanos, tíos, novias… no olvidan los sueños de cada uno de ellos.
¿Quiénes son los normalistas desaparecidos en Ayotzinapa?
Tras esos sueños, un grupo de periodistas, fotógrafos y editores se unieron en 2015 en el colectivo Marchando con Letras para ir en busca de conocer esos sueños y retratarlos en el libro Ayotzinapa: La Travesía de las Tortugas: la vida de los normalistas antes del 26 de septiembre del 2014 , donde se recapitula cada una de las historias de estos jóvenes que, con un puñado de sueños e ilusiones, buscaban convertirse en maestros. Aquí apenas unas pinceladas de la vida de cada uno reconstruidas por los periodistas: 1. Benjamín Ascencio Bautista Edad cuando desapareció: 19 años. Optó por el camino de los libros y el estudio. Desde niño, ‘Benja’ se hizo orgulloso, necio, aferrado a sus ideas. Le encantaba bailar. Siempre decía que él nunca sería como su papá, quien cuando tenía cuatro años abandonó a su familia para irse a los «iu-es-ei». No, él tendría una familia y como maestro aportaría a su comunidad, a su país. Quería ser ingeniero en sistema computacionales, pero se inscribió en la Normal Rural de Ayotzinapa. 2. Marcial Pablo Baranda Edad cuando desapareció: 20 años. Le dicen ‘Magallón‘ porque su familia tiene un grupo de música tropical con ese nombre. Canta cumbia todo el día. Juega al básquet. Es de Xalpatláhuac, Guerrero. Frente a él estuvo dilema de ser militar, como su hermano, o estudiar para maestro. Marcial estaba enamorado, tenía su novia Karen, cuando él desapareció tenían un año y medio de noviazgo. 3. Israel Caballero Sánchez Edad cuando desapareció: 21 años. Originario de Atliaca, municipio de Tixtla, padre una menor que hora tiene cinco años, tiene tres hermanas además de su pareja y madre. Amable, protector y bromista, así lo recuerda su familia. Cuando él desapareció su hija tenía cincuenta y dos días de nacida, solo pudo besarla en tres ocasiones, era ella su motivación para terminar graduarse como maestro,tener una mejor vida y llegar a ser una cabeza de familia digna.
4. Marcial Pablo Baranda Edad cuando desapareció: 20 años. Le dicen ‘Magallón’ porque su familia tiene un grupo de música tropical con ese nombre. Canta cumbia todo el día. Juega al básquet. Es de Xalpatláhuac, Guerrero. Frente a él estuvo dilema de ser militar, como su hermano, o estudiar para maestro. Marcial estaba enamorado, tenía su novia Karen, cuando él desapareció tenían un año y medio de noviazgo. 5. Israel Caballero Sánchez Edad cuando desapareció: 21 años. Originario de Atliaca, municipio de Tixtla, padre una menor que hora tiene cinco años, tiene tres hermanas además de su pareja y madre. Amable, protector y bromista, así lo recuerda su familia. Cuando él desapareció su hija tenía cincuenta y dos días de nacida, solo pudo besarla en tres ocasiones, era ella su motivación para terminar graduarse como maestro, tener una mejor vida y llegar a ser una cabeza de familia digna. «El objetivo primordial del libro es plasmar quiénes son los 43 normalistas, así que durante nueve meses los periodistas fueron a Ayotzinapa y las comunidades para hablar con los padres, con sus amigos, con la gente cercana para tener un crisol de testimonios y reconstruir la vida de cada uno de los estudiantes», comenta la Mónica Ocampo, una de las periodistas que coordinaron el proyecto. 6. José A. Campos Cantor Edad cuando desapareció: 33 años. José Ángel era tan bueno en el futbol, que los equipos de la localidad se lo disputaban, pero también para labrar la tierra. La madurez le llegó pronto a José Ángel, quien a los 23 años interrumpió la preparatoria para casarse y debutar como padre, sin embargo, su nueva vida estaba acompañada de un apuro: el dinero. José Ángel pensó que al ser maestro tendría la oportunidad de ofrecerle una vida mejor a su familia, en especial, para Ame y Gaby, sus hijas.
7. Leonel Castro Abarca Edad cuando desapareció: 19 años. Leonel es de la comunidad de El Magueyito, municipio de Tecuanapa, donde vivía con sus padres y sus cinco hermanos. Soñaba con ser maestro y se preparó para ello, salió con buen promedio de la prepa. Ingresó a Ayotzinapa sin problema porque era disciplinado. Nunca se quejó del trabajo del trabajo de campo. 8. Christian Tomás Colón Gárnica Edad cuando desapareció: 18 años. Nunca fue como el resto de los jóvenes de su comunidad, Tlacolula de Matamoros, Oaxaca, quienes sólo tienen dos opciones: formar una familia antes de cumplir la mayoría de edad y trabajar en lo que sea para obtener dinero, o cruzar la frontera hacia EU. Tomás quería estudiar para ser maestro y compartir su conocimiento. Uno de sus más grandes anhelos era estar frente a un grupo de niños, y con el tiempo, impartir clases en diferentes universidades. 9. Jorge Aníbal Cruz Mendoza Edad cuando desapareció: 19 años. Montar toros enfurecidos al ritmo de banda y jugar fútbol con su tío eran sus gustos. Creció en una comunidad del municipio de Tecoapana en la Costa Chica de Guerrero. Tras un intento fallido con las pruebas de Ayotzinapa, se fue a vivir a la Ciudad de México, donde trabajó en varios restaurantes para juntar dinero. Pasó el examen de admisión para la UAM Xochimilco, pero al final decidió irse a probar de nuevo suerte en Ayotzinapa. 10. Adán Abraján de la Cruz Edad cuando desapareció: 24 años. Nació en Tixtla, entró a la Normal convencido por José Ángel Campos Cantonar —otro de los normalistas desaparecidos—, con el sueño de dejar el pesado trabajo de la construcción. En la casa de Adán, aún aguardan por él su esposa y sus dos hijos. 11. Bernardo Flores Alcaraz Edad cuando desapareció: 21 años. ‘El Cochiloco’, como le apodaban buscó seguir los pasos de su madre y convertirse en maestro de primaria como ella, como sus abuelos, y aunque en un principio estaba indeciso entre ser maestro o estudiar medicina veterinaria, finalmente entró a la Normal. Su papá cuenta que él tenía mucha ilusión de ser maestro, de ayudar a los niños y a los señores adultos que no saben leer ni escribir… su ilusión era ayudar.
12. Luis Ángel Francisco Arzola Edad cuando desapareció: 19 años. Lo que más le gustaban eran los coches y aunque manejaba un Tsuru como taxi, su sueño era tener un Lamborghini amarillo. Su madre cuenta, que su “muchacho quiere ser maestro porque él tiene necesidad, y tiene también gusto por ser maestro. Ésa es la profesión que él quiere”. 13. Giovanni Galindes Guerrero Edad cuando desapareció: 20 años. Su anhelo era acabar con las injusticias y la inseguridad en su pueblo, cuentan sus amigos. La inseguridad en Tlapehuala encendió en él el deseo de migrar, de ser el primero en su familia en terminar una carrera universitaria, por lo que aunque aplicó para estudiar agronomía en la Universidad Autónoma de Chapingo, luego se dio cuenta que en realidad quería estudiar en la Normal. 14. Saúl Bruno García Edad cuando desapareció: 19 años. Saúl tuvo otras opciones de estudio, pero su vocación lo llamó a ser maestro. Dedicarse a dibujar, estudiar diseño gráfico y ganar suficiente dinero con sus trazos, era lo que realmente deseaba. Optó por ingresar a la Normal para luego trabajar como profesor en su comunidad y cultivar una parcela de maíz; después compraría una computadora, estudiaría diseño gráfico y por fin usar el talento de sus manos. 15. Abel García Hernández Edad cuando desapareció: 19 años. Abel canta, toca la guitarra, dibuja y escribe. Desde niño quería ser soldado para proteger a los de su comunidad Huamuchitos, un poblado de Tecuantepec, municipio de Tecoanapa, en la Costa Chica de Guerrero. Después de escuchar una plática de normalistas, decidió entrar a Ayotzinapa para convertirse en maestro y ayudar a su padre con los gastos de la casa. 16. Emiliano Alen Gaspar de la Cruz Edad cuando desapareció: 22 años. Lo bautizaron como ‘Pilas’, porque es tranquilo e inteligente. Tras tres intentos por quedar en la Normal ingresó a ella, aunque su verdadero anhelo era ser policía, quería ser Policía Federal después de terminar sus estudios en la Normal.
17. Marco Antonio Gómez Molina Edad cuando desapareció: 21 años. Marco quería ingresar a la Normal pero no a la de Ayotzinapa, donde el nivel educativo, sabía era limitado y aunque otra opción era irse a Tlaxcala, lo económico pesó para quedarse ahí. Marco deseada continuar sus estudios de maestro, pero también ayudar y permanecer cerca de su mamá y de sus hermanos. 18. César Manuel González Hernández Edad cuando desapareció: 22 años . Originario de Huamantla, Tlaxcala, le apasionan los rodeos y las carreras con tubulares en las que comenzó a competir desde los 14 años. Quería estudiar para conseguir un bien empelo, sacar de trabajar a sus padres y comprar una casa en el campo. 19. Jorge Luis González Parral y 20. Doriam González Parral Edades cuando desaparecieron: 21 y 19 años. Ambos son hermanos, desde chicos comenzaron a trabajar como peones. En un inicio, ni Doriam ni Jorge Luis querían ser maestros, su padre asegura que Jorge deseaba estudiar Ciencias de la Comunicación; Doriam, en cambio, quería estudiar Arquitectura Urbana pero como no pudo ingresar a la Universidad Autónoma de Guerrero decidió ingresar junto con su hermano a la Normal, con el único sueño de superarse. 21. Jhosivani Guerrero de la Cruz Edad cuando desapareció: 20 años. Aunque su sueño era estudiar Medicina Veterinaria el dinero no alcanzaba por eso ingresó a Ayotzinapa. Jugaba futbol y básquetbol. También le gustaba cazar venados y conejos en el monte. Él buscaba una oportunidad de sobresalir, aspiraba a tener una profesión y ayudar a la comunidad. 22. Miguel Ángel Hernández Martínez Edad cuando desapareció: 28 años. En la Normal era apodado ‘Botita’ pero él se presenta en su Facebook como ‘Ángel aventurero». El joven originario de Tixtla, Guerrero, a los 14 años se convirtió en un danzante «tlacololero». Su sueño: formar su propio grupo de tlacololeros para danzarle a la Virgen de la Natividad y ser maestro rural.
23. Carlos Lorenzo Hernández Muñoz Edad cuando desapareció: 19 años. Su aspiración es llegar a ser maestro bilingüe, su tío y su padre aseguran que Carlos estaba más que decidido a cumplir este sueño. Desde niño juega futbol y por lo general es el portero. Carlos Lorenzo siempre fue la última esperanza de su equipo para ganar un partido por si todo fallaba en la delantera o en la defensa. 24. Magdaleno Rubén Lauro Villegas Edad cuando desapareció: 19 años. Ser maestro bilingüe para para dar clases a los niños indígenas que no hablan español era su sueño. Sus padres lo describen como tímido y orgulloso náhuatl. ‘El Magda’, como es conocido en Ayotzinapa quería seguir los pasos de sus hermanos mayores. Él era el más callado y estudioso de sus cuatro hermanos, al que nunca le gustaron los abrazos. 25. Julio César López Patolzin Edad cuando desapareció: 24 años. En su mente siempre estuvo ser maestro, aunque tras varios intentos por ingresar a la Normal de Tenerías tuvo que dejar a un lado este sueño, no por falta de aptitudes sino por falta de espacio y de oportunidades. Entre cada intento aprendió diferentes oficios: ayudante de un herrero, chofer de un camión de volteo, campesino de tiempo completo y sí, también fue parte del Ejército Mexicano . 26. Israel Jacinto Lugardo Edad cuando desapareció: 19 años. Desde muy pequeño lo suyo era jugar a los carritos, armarlos y desarmarlos siempre fue su atracción, y aunque quería ser mecánico la precaria situación económica se su familia, lo llevó a seguir los pasos de sus hermanos e ingresar a la Normal de Ayotzinapa. 27. José Luis Luna Torres Edad cuando desapareció: 20 años. Es originario de Amilcingo, Morelos. Su madre lo recuerda como un estudiante dedicado. Ser maestro para ayudar después a su mamá con los gastos y no tener que pedir dinero, ni depender de ella, era su ilusión; un sueño que compartió con otros siete jóvenes de su comunidad con quienes viajó hacia Ayotzinapa y aunque en un primer intento no logró entrar a la Normal, en su segundo intento lo logró.
28. Miguel Ángel Mendoza Zacarías Edad cuando desapareció: 23 años. Ser peluquero era la actividad que Miguel realizaba a fin de ganar algunos pesos para cubrir sus necesidades, pero solo era un oficio transitorio, su aspiración recurrente era la de ser maestro y por eso ingresó en dos ocasiones a la Normal Rural de Ayotzinapa. Tocaba la guitarra en una rondalla. Era necio, corajudo e independiente. 29. Alexander Mora Venancio Edad cuando desapareció: 19 años. Según testimonios de familiares y amigos, Alexander desea ser maestro por una vocación de ayuda, pero su más grande ilusión, desde siempre, ha sido el futbol, Anhela jugar con los Pumas de la UNAM. Alexander viene del poblado El Pericón, municipio de Tecuanapa, Guerrero, y tiene el firme anhelo de ser maestro. 30. José Ángel Navarrete González Edad cuando desapareció: 18 años. Nació en el invierno de 1994 en Tixtla. Sus amigos y familiares le dicen “Pepe”; es aficionado al futbol y lo consideran un joven alegre e inquieto, que sabe ganarse de inmediato el cariño de las personas, y que hacía lo creía correcto: “echarle ganas a la escuela”. Uno de sus sueños era casarse con su novia de la prepa, Érika. 31. Mauricio Ortega Valerio Edad cuando desapareció: 18 años. Sus compañeros en Ayotzinapa lo apodaron “Espinoza”, porque se la pasaba cantando las canciones de Espinoza Paz. Es un joven relajado y sonriente. Mauricio salió de la comunidad de Monte Alegre porque no quería cuidar chivos, él quería ser maestro, y para lograrlo tuvo que mudarse con su tío a Ayutla y aprender carpintería, con lo que pudo comprar libros y algo de ropa. Sus esfuerzos lo llevaron a convertirse en el primer normalista de su familia. 32. Cutberto Ortiz Ramos Edad cuando desapareció: 22 años. Sus amigos lo apodaron “el Komander”. Es muy apegado a su abuela materna, quien recuerda que el único deseo de su nieto era trabajar para ayudar a sus papás. Se empleaba en las milpas o en construcciones, y formó una banda de música con sus amigos, él era el trompetista.
33. Carlos Iván Ramírez Villarreal Edad cuando desapareció: 20 años. Todos los días, él y su papá se despertaban a las 6:00 de la mañana para ordeñar vacas y alimentar al resto de los animales; de ahí, se iba sin falta a la escuela. “Quería ser veterinario o estudiar para maestro”, recuerda don Margarito Ramírez, y como la primera opción era un gasto que su familia no podía costear, optó por la Normal de Ayotzinapa, donde no pagaría un solo peso. 34. Everardo Rodríguez Bello Edad cuando desapareció: 19 años. Desde niño, “Kali” –apodo que se ganó por su parecido con el cantante Kalimba– fue “tremendo”, siempre sonriente, coqueto y rodeado de sus amigos; para “conquistar” a las niñas, tomaba clases de guitarra y les tocaba canciones de Prince Royce. Aunque le gustaba ir a los bailes y piropear a las jóvenes, solo una robó su corazón: Yareli, quien se comunicó con los papás de Everardo cuando supo de su desaparición. Él es el cuarto de siete hermanos, todos originarios de Tixtla, y ama a los animales, pero lo más importante para él siempre ha sido la familia. 35. Christian Alfonso Rodríguez Telumbre Edad en que desapareció: 19 años. Era el segundo de cuatro hijos del matrimonio Rodríguez-Telumbre y el único varón, razón por la que se forjó un espíritu protector, considera su familia. Medía 1.85 y su cabello quebrado lo peinaba hacia atrás. Quienes lo conocieron dicen que era alegre, pero tímido, entregado a los estudios, a la danza folclórica y a su familia; ni tiempo tenía para un noviazgo y en sus planes no estaba casarse tan joven. Su sueño más grande era comprar un auto para llevar a sus papás y a sus hermanas a ver las olas de Acapulco. El pasado 7 de julio de 2020, la Fiscalía General de la República (FGR) informó que sus restos fueron localizados en noviembre de 2019 en una zona conocida como Barranca de la Carnicería, en el municipio de Cocula, Guerrero, a 800 metros del basurero de la localidad, un sitio clave de la investigación de la anterior administración federal, según la cual los 43 normalistas fueron asesinados e incinerados. La FGR envió seis piezas fueron para su análisis a la Universidad de Innsbruck, Austria y después de 8 meses, los análisis concluyeron en que una de las piezas halladas correspondía a los restos de Christian Alfonso.
36. Jesús Jovany Rodríguez Tlatempa Edad cuando desapareció: 21 años. Jova, como le gusta que le digan, nació en Tixtla, pero desde que tenía un año de edad tuvo que mudarse con sus papás al Estado de México, donde su papá había conseguido trabajo en la Marina, y de ahí a la capital del país. Fue hasta 2001 que la familia regresó a su tierra. Sabía de albañilería y agricultura y de vez en vez ayuda a vender fruta a su mamá. Solo necesitó un intento para entrar a la Normal de Ayotzinapa. 37. Felipe Arnulfo Rosas Edad cuando desapareció: 20 años. Felipe es de origen mixteco y es el menor de tres hermanos, uno de ellos asesinado a los 21 años, por un conflicto agrícola. La meta del joven normalista es graduarse en Educación Primaria Intercultural Bilingüe y regresar a su comunidad a enseñar en mixteco todo lo aprendido en la Normal. 38. José Eduardo Bartolo Tlatempa Edad cuando desapareció: 17 años . Bailar «breakdance» era la manera que tenía para deshacerse de los problemas que a su corta edad tenía. A ‘Lalo’ no le entusiasmaba ser maestro, pero la difícil situación económica por la que atravesaba su familia luego de que a su madre le diagnosticaron cáncer, le hizo optar por estudiar en la normal. 39.Martín Getsemany Sánchez García Edad cuando desapareció: 20 años. Un futbolero que aspiró en algún momento a sumarse a las filas de los Tuzos del Pachuca. Su bienvenida en Ayotzinapa fue comerse un chile habanero, no por gusto, sino como “castigo” por quedarse dormido en una clase. Tiene ocho hermanos, él es el penúltimo, y al ingresar a la Normal ya no quería ser estrella del Barcelona o del Real Madrid, solo buscaba una oportunidad para convertirse en maestro rural de primaria. 40. Antonio Santana Maestro Edad cuando desapareció: 20 años. Su amor por el fútbol lo hizo acreedor a sus apodos más conocidos: “Grande” y “el Teacher”, aunque este último es más bien por la traducción de su apellido al inglés. Su única oportunidad de una carrera profesional fue la Normal de Ayotzinapa, donde se graduó su papá. En la “Isidro Burgos”, Toño demostró tener conocimientos en temas de conflictos sociales, y lo designaron “Copi”, que en la normal son los estudiantes se se encargan de la orientación ideológica y política de los muchachos.
41. Jorge A. Tizapa Legideño Edad cuando desapareció: 20 años. Es papá de Jimena Naomy –actualmente de seis años– y esposo de Karina Hernández Mateo. Jorge hacía rugir Tixtla con su motocicleta Italika. Antes de entrar a la Normal trabajó durante dos años en una ruta de combis, donde lo bautizaron como “Niño grandote”: mide 1.85 y es fornido. Cuando era pequeño, dice su mamá, soñaba con ser piloto aviador. Las esperanzas de encontrar con vida al “Niño grandote” siguen sin agotarse, apenas el 21 de septiembre de este año, su familia viajó a Mexicali, Baja California en su búsqueda luego de que en redes sociales se difundió una fotografía en donde una persona en condición de calle guardaba gran parecido con él, a decir de su propia familia. 42. Jonás Trujillo González Edad cuando desapareció: 20 años. Jonás se vino a estudiar porque decía ‘no quiero andar como mis papás en el campo, sufriendo, yo quiero estudiar para ayudarles”, recuerda su mamá, Yolanda. Trataba de seguir los pasos de su hermano Benito, también estudiante de Ayotzinapa. Es sonriente, coqueto y trabajador; le gusta ver caricaturas en la televisión, jugar fútbol, montar a caballo y comer pollo con mole. Cuando Jonás salió de Ticuí, la llamada guerra contra el narco seguía; él, como despedida, le regaló a su mamá una pulsera negra. 43. Abelardo Vázquez Peniten Edad cuando desapareció: 19 años. Se enlistó e ingresó a Ayotzinapa pese a que sus padres se oponían y a que su sueño era ser militar para vestir el uniforme color olivo, ser “hombre de poder” y ayudar a su familia y al país. Sus amigos creen que al final eligió la Normal porque quizás “sintió que no tenía oportunidad más que esa”. Abelardo se fue a Ayotzinapa de manera repentina y casi a escondidas; uno de sus compañeros cuenta que su convicción lo mantuvo ahí, pese a que extrañara su hogar.
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