El Comité Olímpico Internacional (COI) elige este jueves en Costa Navarino, Grecia, a quien será su presidente entre junio próximo y, al menos, hasta 2033. Se trata del mayor órgano del deporte en el planeta (una industria que alcanza el 2 % del PIB mundial), el equivalente al peso que tiene en la diplomacia la ONU.

Por tercera vez en los 130 años de historia de la entidad habrá un dominicano con derecho a voto. Es Luis Mejía Oviedo “Luisín”, quien ya lo hizo en 2021 cuando se reeligió a Thomas Bach. Entonces emuló a Roque Napoleón Muñoz, miembro COI entre 1983 y 2008 y quien sufragó en el 2000 cuando fue electo el belga Jacques Rogge.

En teoría, Mejía tendrá una de las 109 papeletas que determinarán al capaz que saldrá de la lista integrada por el francés David Lappartient, el británico Sebastian Coe, el español Juan Antonio Samaranch hijo, la zimbabuense Kirsty Coventry, el jordano Feisal Al-Husein, el sueco Johan Eliasch y el japonés Morinari Watanabe.

En la práctica, si bien las drásticas reglas de confidencialidad de la campaña prohíben cualquier apoyo explícito de un miembro COI, el caso de Mejía no representa una sola papeleta, como quedó evidenciado en el proceso de promoción. El banilejo es el presidente de Caribe Sports, el brazo del COI en Centroamérica y el Caribe, una región con siete votantes que pueden resultar claves en unas elecciones que pueden requerir de fotofinish.

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Los tentáculos de Mejía van más allá de las aguas bañadas por el Caribe. Desde que fue elegido al COI en 2017 este economista que hizo gran carrera como publicista no ha parado de atar relaciones. Fue miembro de las comisiones de Mujer en el Deporte (2017-2018), Administración Pública y Desarrollo Social (2018), el canal Olímpico (2019-2021), pero la mayor responsabilidad llegó con la de Futuras Sedes Olímpicas y Marketing Digital y Comunicaciones, donde está desde 2019 y 2022 hasta la fecha.

A sus 72 años, Mejía tiene su última oportunidad de votar. Ya en 1997 gestionó la fórmula con la que Santo Domingo ganó los Juegos Panamericanos de 2003 a Río de Janeiro, Medellín y Guadalajara.

Desde 1925, los candidatos se enfrentan en rondas hasta que uno de ellos obtiene la mayoría absoluta, reunidos a puerta cerrada, y que ahora no pueden ingresar con dispositivos electrónicos.

Mientras eso no ocurra, cada ronda elimina al candidato con peor clasificación: Bach anunciará a los miembros el nombre del candidato eliminado, sin dar los resultados de sus rivales, hasta llegar a una definición.