No solo los Cachorros de Chicago o los Medias Rojas de Boston han tenido maldiciones en el béisbol. Los Tiburones de La Guaira, que representan a Venezuela en la Serie del Caribe 2024 vivieron algo similar.

No tan extenso como los dos equipos de Grandes Ligas, pero lo suficiente para que se torne en una pesadilla conseguir una corona para los peces venezolanos que se tardaron 37 años en conseguir un título.

Según la historia, Jesús Alejandro Lezama (Chivita) es señalado como un ferviente seguidor de los Leones del Caracas. Según se afirma, Lezama juró que mientras estuviera con vida, los Tiburones no lograrían nunca una corona en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP).

Chivita resultó ser longevo. Vivió 104 años y murió en mayo del 2023. 

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Y así, sin mayores inconvenientes, bajo la guía de Oswaldo Guillén, los Tiburones se coronaron campeones de la LVBP este 2024 en una serie en la que vencieron a los Cardenales de Lara en cinco partidos para levantar el trofeo después de realizarlo en la campaña 1985-86.

Se podría decir, por tanto, adiós a la maldición de los Tiburones, con todo y que el equipo llegó a alcanzar algunas finales, pero sin éxito.

«El dios warao del Delta los castigó. No van a ganar nada mientras esos directivos estén ahí. La maldición que yo les eché sigue en pie, sigue vigente. Así lleven a papá Dios como quinto bate ¡No ganarán! Lo lamento por los fanáticos, que no tienen culpa» dijo Lezama a El Diario en 2020, cuando cumplió 101 años, publica Yahoo Sports.

Todo nació durante un par de enfrentamientos entre ambos equiops. Los dos conjuntos compartían el mismo estadio, el Universitario de Caracas, y en uno de esos encuentros, los Leones como dueños de casa, impidieron que los fanáticos de los Tiburones entraran con su samba.

Como respuesta, cuando tocó a La Guaira jugar como «home club» a Lezama se le impidió entrar con su corneta. El considerado fanático número uno del Caracas dijo que fue sacado del parque como un delincuente y ahí nació su sentencia: «Ustedes no ganaran nada, mientras yo esté vivo».

Guillén, con su tropa guairense, al parecer desmontó la denominada «maldición» de Lezama y el equipo se encuentra con marca de 2-1 en la Serie del Caribe en Miami.