Cuando Claudia Sheinbaum asumió la jefatura de gobierno de la Ciudad de México en 2018, se declaró feminista . Sin embargo, la relación que, como mandataria capitalina, tuvo con las protestas realizadas en el marco del 8M, se fue complicando año con año. Este sábado 8 de marzo, Sheinbaum se encontrará nuevamente frente a protestas feministas convocadas con motivo del Día Internacional de la Mujer, pero ahora desde Palacio Nacional y con una nueva polémica: la colocación de vallas metálicas en el Zócalo.
Críticas recurrentes por el manejo de las protestas
Luego de que la denominada “cuarta ola del feminismo” irrumpió con fuerza en México en 2019, las protestas feministas tomaron vuelo en todo el país, incluida la capital, entonces gobernada por Sheinbaum. La CDMX se convirtió así en el epicentro de las voces feministas que aclaman por justicia, alto a la violencia en contra de las mujeres y acceso al aborto legal y seguro. En agosto de 2019 comenzaron a las protestas feministas luego de que decenas de mujeres protestaron en la Secretaría de Seguridad Ciudadana capitalina, donde gritaron -y pintaron con aerosol en las paredes- las consignas “¡Violadores!”, “¡Justicia!” y “No me cuidan, me violan”. También rompieron puertas y ventanas de cristal, y arrojaron diamantina rosa al entonces titular de la dependencia, Jesús Orta Martínez, cuando salió a dar un mensaje. ¿La razón? Dos jóvenes habían señalado como sus violadores a policías. Sheinbaaum calificó estos actos como una “provocación” y señaló a “un grupo” contra el que emprendería acciones legales, por lo que cuatro días después, las feministas decidieron protestar una vez más en la capital del país, dejando a su paso diamantina rosa, pintas en monumentos y vidrios rotos. “Fuimos todas”, refutaron al gobierno de la ciudad, sin dejar de lado la razón principal de su movimiento: “¡Ni una más!”. Algunas de las asistentes señalaron desde ese momento que no se podía criminalizar las protestas de mujeres que exigen el alto a la violencia que diariamente se vive en la calles de la ciudad. En noviembre de 2019, cientos de mujeres tiñeron las calles de la Ciudad de México de negro, naranja, morado, rosa y verde, para protestar por los feminicidios, las desapariciones de jóvenes y niñas, y otros tipos de violencia de género en el país. En el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, colectivos de feminista tomaron las calles de la capital, causando algunos destrozos en parabuses y pintas en monumentos que previamente habían sido resguardados con vallas y emplayados.
«No estamos de acuerdo con la violencia» Sheinbaum respalda la instalación de vallas ordenada por AMLO
El 8M como candidata presidencial El primer 8M de Sheinbaum como presidenta
Sheinbaum informó entonces que 1,000 mujeres policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) resguardarían las marchas convocadas en la Ciudad de México. “No vamos a reprimir ni a criminalizar la protesta social, eso lo hacemos en todos los casos y en particular en este”, prometió entonces la jefa de gobierno. En la marcha del 8 de marzo de 2020, alrededor de 80,000 mujeres volvieron a las calles para exigir justicia. La gran mayoría lo hizo de manera pacífica, con pancartas, brillantina, blusas moradas y pañuelos verdes. Pero algunos grupos de personas con la cara cubierta utilizaron pistolas de agua con gasolina y artefactos explosivos caseros para prender fuego en diferentes partes del recorrido, incluida la Puerta Mariana de Palacio Nacional, lo que generó 52 atenciones médicas por lesiones menores y 13 traslados a hospitales: tres civiles y cuatro policías. Desde entonces, Sheinbaum afirmó que, aunque el movimiento feminista merecía todo su respeto y simpatía, no aceptaría actos violentos de ningún tipo. «Yo me reconozco como feminista, (pero con) lo que no estamos de acuerdo es con la violencia, no podemos aceptar la violencia de ningún tipo; siempre vamos a estar del lado de las víctimas, de las mujeres violentadas. Siempre vamos a estar del lado de la justicia», expresó. En marzo de 2021, por primera vez en lo que iba del gobierno del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador y de Claudia Sheinbaum en la administración capitalina, fueron colocadas vallas para resguardar el Palacio Nacional previo al 8 de marzo. Sheinbaum defendió la instalación de vallas, así como a las mujeres policías que la Secretaría de Seguridad de la CDMX desplegó durante la marcha. La entonces jefa de gobierno informó que la medida se tomó debido a que se tenía información de que iban a «querer quemar la puerta de Palacio (Nacional)» y rechazó que se tratara de un exceso. Un día después de la marcha, Sheinbaum reprobó que algunas participantes trataron de prender fuego a policías que resguardaban Palacio Nacional, al tiempo de que ordenó la destitución del jefe de la Policía Bancaria e Industrial (PBI), José Arturo Blanco Hernández, por la agresión que elementos de esa corporación cometieron en contra de cuatro mujeres fotoperiodistas. En 2022, Sheinbaum reiteró su postura en contra de la violencia en las marchas, bajo el argumento de que su administración no estaba de acuerdo con esos métodos y no se justificaba esa violencia pues, aseguró, el Gobierno mantenía una política de puertas abiertas y también para erradicar la violencia de género. “Para nosotros, la violencia no se combate con la violencia, no estamos de acuerdo con ello, es más la violencia es machista, si lo quieren poner así, la violencia no tiene que ver con los derechos de las mujeres y no está justificada”, dijo. Previo a la marcha del 8M de ese año, el gobierno capitalino y federal repitieron las medidas para tratar de impedir daños a monumentos y edificios históricos, con despliegue de policías, colocación de vallas y monumentos emplayados. “Se ponen vallas porque tampoco podemos exponer a nuestras compañeras policías para evitar esta intervención en contra de los monumentos, no vamos a reprimir, eso que quede muy claro pero si se va a contener”, dijo entonces. Un día después de la marcha, Sheinbaum destacó que en la movilización participaron alrededor de 75,000 mujeres, una cifra similar a la de 2020, pero, dijo, con mucha mayor organización de las participantes y una actuación casi “quirúrgica” de la policía capitalina, que permitió asegurar objetos peligrosos. En la marcha de 2023, las autoridades capitalinas contabilizaron una asistencia de 90,000 mujeres en los distintos contingentes. El gobierno desplegó 800 mujeres policías a lo largo del recorrido de la marcha, mientras que 1,700 elementos se mantuvieron pendientes para apoyo. Unos días después del 8M de 2023, Sheinbaum se congratuló por que las mujeres salieran a la calle a reclamar sus derechos en una manifestación en la que, dijo, se registraron menos actos de violencia. Agregó entonces que si bien se tenían avances en el combate a la violencia de género, aún había grandes desigualdades que se debían abatir, al tiempo que hizo un reconocimiento a la labor de las mujeres policías que acompañaron la marcha. “No se puede entender la paz de género en la calle, si no se entiende a la luz de los nuevos movimientos feministas que lo que hacen es reinventarla. Y lo hacen desde una acción que puede pretenderse que es violenta, pero no lo es», apuntó. “Cuando yo pinto, construyo paz, cuando hago performance, construyo paz, cuando grito ‘ya basta’, construyo paz y la construyo en la calle, y para que esta pedagogía de construcción de la paz se lleve a cabo, es necesario poner en el centro el diálogo”. En la marcha de 2024, Sheinbaum ya era candidata presidencial después de haber dejado el gobierno de la CDMX. La morenista reiteró entonces su postura en contra de la violencia en las movilizaciones, aunque dijo que eso no implicaba que no fuera legítima la demanda de justicia de las mujeres. Tras las movilizaciones de ese año, Sheinbaum externó que un grupo pequeño ue utilizó fuego y objetos peligrosos en la movilización de la CDMX, aunque celebró que la gran mayoría de las mujeres marchó con mayor seguridad. La exjefa de gobierno reconoció que todavía en el país había un machismo histórico y de violencia contra las mujeres, pero que, desde su perspectiva, las cosas ya estaban cambiando o, de lo contrario, no se hubieran podido postular tantas mujeres. A meses de la elección presidencial de 2024, la morenista además aseguró que la llegada de una mujer a la Presidencia de la República sería un símbolo para otras mujeres. Ahora, ya como presidenta de México, Sheinbaum justificó la colocación de vallas alrededor de Palacio Nacional que, dijo, son de protección ante posibles actos de violencia que puedan registrarse en el 8M. “Las vallas son de protección, para ellas (las manifestantes) incluso, para aquellos grupos que toman la decisión de utilizar métodos con objetos peligrosos. Es para ello, para proteger a quien usa esos objetos, para proteger a las y los policías”, explicó este miércoles. Similar a como lo hizo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se instalaron vallas de tres metros de altura en el Zócalo, punto donde concluirá la marcha del 8 de marzo. “Llegamos todas, el problema es que cuando quieren quemar la puerta de Palacio Nacional pues hay que proteger. La otra opción sería poner mujeres policías y entonces sí no llegamos todas”, señaló. Este viernes 7 de marzo, previo a la marcha, la secretaria de Mujeres, Citlalli Hernández, presentó la cartilla de los derechos de las mujeres, en la que se incluyen 15 garantías entre las que se encuentran el tener un salario igualitario y a una vida libre de violencias. En el que será su primer Día Internacional de la Mujer como presidenta de México, Sheinbaum inaugurará en Palacio Nacional un salón dedicado a las mujeres.
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