El nuevo Secretario de Hacienda, Edgar Amador Zamora, no llega a encender la chimenea del despacho de Palacio Nacional para relajarse con un café y revisar presupuestos con calma. No. Él aterriza en medio de un incendio financiero que arde en dos frentes: uno internacional, con las tensiones arancelarias entre México y Estados Unidos, y otro interno, con la necesidad de mantener la estabilidad económica sin frenar el crecimiento. Su predecesor, Rogelio Ramírez de la O, le dejó un barco en buen estado, pero con tormentas en el horizonte.

La banca y la inclusión financiera Disciplina fiscal sin frenar el crecimiento

Amador no es un improvisado. Con una sólida trayectoria en economía y finanzas públicas, tiene la capacidad técnica para enfrentar los desafíos. Sin embargo, en política económica no basta con ser un experto: hay que saber navegar entre los intereses políticos, empresariales e internacionales. Y aquí es donde su verdadera prueba comienza: enfrentará a ‘Los demonios de la Casa Blanca’. El principal reto de Amador Zamora es manejar las amenazas comerciales que salen del Despacho Oval. Con un presidente estadounidense volátil que impone aranceles con la misma facilidad con la que manda tuits incendiarios, México tiene que jugar bien sus cartas. La reciente decisión de Donald Trump de reinstalar un arancel del 25% al acero y aluminio ha puesto a la administración de Claudia Sheinbaum en una situación incómoda. Aquí es donde Amador debe demostrar si tiene el temple necesario. En su primera declaración como secretario, aseguró que “no habrá una guerra de aranceles”, lo cual suena tranquilizador, pero la realidad es que México depende de su habilidad para negociar con un socio que ya ha demostrado que los acuerdos pueden romperse si así le conviene políticamente. El dilema es claro: ¿defender la industria nacional con medidas espejo o ceder para mantener buenas relaciones? Optar por una guerra comercial sería desastroso para sectores como la manufactura automotriz, que dependen de la integración con Estados Unidos. Pero aceptar las condiciones sin cuestionarlas podría abrir la puerta a más abusos en el futuro. Amador necesita diplomacia, firmeza y, sobre todo, creatividad. México ha enfrentado retos similares en el pasado y ha sabido salir adelante. Con el T-MEC como marco de referencia y un equipo técnico sólido en la Secretaría de Economía, hay herramientas para negociar mejores condiciones sin caer en confrontaciones innecesarias. Más allá del ajedrez arancelario, Amador también debe atender los asuntos internos, y uno de los más importantes es la inclusión financiera. Bajo su dirección, la Secretaría de Hacienda anunció que la Política Nacional de Inclusión Financiera tendrá un enfoque de transversalidad de género. Dicho en términos más simples, se busca que más mujeres accedan a servicios financieros y tengan mejores oportunidades económicas. El contexto es positivo: aproximadamente el 80% de la población ya tiene al menos un producto financiero formal, gracias en parte a los programas sociales y la digitalización bancaria. Sin embargo, el reto es hacer que esos productos sean realmente útiles y accesibles para los sectores más vulnerables. No basta con que alguien tenga una cuenta bancaria si nunca la usa porque los costos son altos o porque no confía en el sistema. Aquí, Amador tiene que encontrar un equilibrio entre regulación y flexibilidad. Demasiada regulación podría asfixiar la innovación financiera, pero demasiada libertad podría generar abusos contra los consumidores. Además, debe convencer a los bancos de que la inclusión financiera no es solo una obligación social, sino también un buen negocio. El impulso de la banca digital y las fintech puede ser clave para lograrlo. México tiene una gran oportunidad en este sector, con una población joven y creciente acceso a Internet. Si se fomenta un ecosistema financiero accesible y seguro, se podría dar un salto importante en la modernización económica del país. Finalmente, el gran desafío de cualquier secretario de Hacienda es mantener la estabilidad económica sin matar el crecimiento. Amador hereda una economía que, aunque ha mostrado resiliencia, necesita más impulso. México ha sido prudente con su manejo fiscal, evitando grandes déficits y manteniendo una deuda manejable. Pero con presiones para aumentar el gasto social y la inversión en infraestructura, el margen de maniobra se reduce. La clave está en encontrar nuevas fuentes de ingresos sin asfixiar al sector productivo. La reforma fiscal es un tema que siempre está en el aire, pero pocos gobiernos quieren pagar el costo político de subir impuestos. ¿Será Amador el encargado de impulsar una reforma tributaria que amplíe la base sin golpear el crecimiento? ¿O apostará por la eficiencia en la recaudación sin tocar demasiado el marco impositivo actual?

El crecimiento económico no depende solo del gobierno, también del sector privado. Es fundamental generar confianza para que haya más inversión, tanto nacional como extranjera. Para ello, la certeza jurídica, el fortalecimiento del Estado de derecho y una política fiscal clara serán fundamentales. Es obvio que Amador Zamora no tiene una tarea sencilla. Entre los aranceles de Estados Unidos, la inclusión financiera y la disciplina fiscal, se enfrenta a una serie de decisiones que definirán su gestión. Si logra sortear estos desafíos sin grandes crisis, podrá consolidarse como un secretario clave en la administración de Claudia Sheinbaum. Sin embargo, más allá de los retos, México tiene bases económicas sólidas. La inversión en infraestructura, la integración comercial con América del Norte y el crecimiento del sector tecnológico abren oportunidades para un futuro más próspero. Si Amador logra equilibrar las finanzas públicas sin frenar la inversión y mantiene una negociación hábil con Estados Unidos, puede hacer historia como un secretario de Hacienda que supo navegar tiempos turbulentos con inteligencia y visión. La economía mexicana ha demostrado una y otra vez que sabe adaptarse y salir adelante. Con liderazgo y decisiones acertadas, Amador puede ser el piloto que mantenga el rumbo. ¿Lo logrará? ____ Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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