Los Nuggets simplemente tienen demasiada determinación, experiencia, orgullo y talento como para permitir que sus tropiezos en los dos primeros partidos de esta serie ante un equipo en alza la definieran.
Eso es lo que se espera de un campeón defensor de la NBA: acallar al público rival, crecerse ante los abucheos y recuperar pronto el impulso.
Jamal Murray se recuperó de su mal comienzo en las semifinales de la Conferencia Oeste, al anotar 24 puntos para guiar el viernes a Denver hacia una paliza de 117-90 sobre los Timberwolves de Minnesota, en el tercer partido.
“Sinceramente, todo esto simplemente hace que mejores, porque tienes que responder”, consideró Murray, quien fue abucheado cada vez que tocó el balón. “Esto hace que te encierres en ti mismo y que estés ahí para tus compañeros”.
Denver se aproximó a 2-1 en la serie. Los Wolves se convirtieron en el último equipo clasificado en sufrir una derrota en esta postemporada.
Nikola Jokic, tres veces elegido el Jugador Más Valioso de la liga, consiguió 24 puntos, 14 rebotes y nueve asistencias. Michael Porter Jr. contribuyó con 21 unidades y los Nuggets acertaron 14 de 29 triples.
Anthony Edwards tuvo una noche discreta de 19 puntos pero encabezó a los Wolves, quienes atinaron apenas 10 de 32 disparos de larga distancia, incluidos cuatro de cinco por parte de Karl-Anthony Towns.
Minnesota no pudo abastecer a Towns para realizara suficientes disparos. El dominicano-estadounidense sumó 14 puntos.
Además, los Wolves soltaron el balón con demasiada frecuencia en intentos desesperados por avanzar hacia la cesta, y simplemente se mostraron más lentos que en los dos primeros partidos en Denver.
Durante la recta final, estuvieron incluso 34 puntos abajo.
“Yo tengo la culpa de esta derrota. Salí sin energía en absoluto. No puedo darme el lujo de hacer esto con mi equipo. Defraudé a mi equipo, a los entrenadores y a los fanáticos”, lamentó Edwards. “Estaré listo para el domingo”.
El cuarto partido está programado para el domingo en Minneapolis
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