La nueva CURP biométrica desplazará, en los hechos, a la credencial de elector como identificación oficial, lo que perfila consecuencias para el padrón del INE -que es clave para la transparencia en los comicios- y hasta los niveles de participación en las próximas elecciones. Consejeros del INE y expertos advierten que muchos ciudadanos ya no verán necesario tramitar o actualizar la credencial de elector, pues el nuevo documento será obligatorio para procesos de validación y autenticación, así como trámites ante instituciones públicas y privadas. Esto hará que baje el número de solicitudes ante el Instituto Nacional Electoral (INE), se desactualice la Lista Nominal -la relación de ciudadanos que cuentan con credencial para votar vigente- y hasta disminuya la votación en los próximos comicios, advierten.
Se ha pedido formalmente que se haga este análisis-evaluación, será importante también que se dé seguimiento a esto y a las conclusiones a las cuales se arrimen para que, a partir de eso, empecemos a bosquejar una estrategia para que podamos contrarrestar un posible impacto negativo”. El debilitamiento va a ser para la democracia en el sentido de que no nos extrañará que, si alguien no tiene actualizada su credencial, no vote; el abstencionismo se incremente, eso es lo que lo que yo creo que podría ser un riesgo”. CURP, su vinculación y monitoreo – Nombre y apellidos. – Fecha de nacimiento. – Sexo o género. – Lugar de nacimiento. – Nacionalidad. – Huellas dactilares. – Fotografía.
La consejera del INE, Dania Ravel , subraya que, en los hechos, la credencial del INE se consolidó como el principal documento de identificación, por lo que la CURP biométrica puede tener efectos en su tramitación, ya que un incentivo que tiene la ciudadanía para obtenerla es que se acepta como documento oficial en diversos ámbitos. En entrevista con Expansión Política , la consejera revela que el Instituto ya realiza un análisis de las posibles consecuencias de la nueva CURP, a través de la Comisión de Registro Federal de Electores. En abril pasado, cuando todavía se discutía la iniciativa para la CURP biométrica, la Comisión del Registro Federal de Electores del INE realizó un análisis preliminar sobre la reforma en el que advirtió posibles efectos como: -Riesgo en el manejo de datos personales. -Impacto negativo en la confianza ciudadana en relación con el manejo de sus datos por parte del INE. -Retroceso en los esfuerzos del INE por mantener actualizada y confiable la lista nominal y el padrón electoral . El exconsejero electoral, Arturo Sánchez, sostiene que una de las consecuencias de la nueva legislación sí será que los ciudadanos dejen de tramitar o actualizar su credencial de elector, ya que la CURP biométrica se convertirá en el documento de identificación obligatorio. “Si el ciudadano pierde el interés en tener al INE como una identificación, porque ya va a tener la CURP y va a ser obligatoria, lo que va a pasar es que el ciudadano no tenga mucho estímulo para actualizar su INE”, señala. El también docente del Tec de Monterrey estima que las reformas por las que se crea la CURP biométrica -aprobadas en el reciente periodo extraordinario de sesiones- conllevan un riesgo mayor: el debilitamiento de la democracia. La Clave Única de Registro de Población (CURP) es un código alfanumérico único de 18 caracteres que identifica a todas las personas residentes en México, tanto ciudadanos mexicanos como extranjeros. Es un documento -expedido por el Registro Nacional de Población (Renapo)- esencial para realizar diversos trámites y acceder a servicios, que incluye datos personales como nombre, género, fecha y lugar de nacimiento. La presidenta Claudia Sheinbaum impulsó un paquete de reformas -ya aprobadas- para crear la CURP biométrica, es decir, agregar a este documento las huellas dactilares y fotografía de los ciudadanos. Aunque las reformas establecen que la incorporación de datos biométricos se hará previo consentimiento de las personas, en los hechos será obligatorio, pues exige a «todos los entes públicos y privados» incorporarla como requisito para la prestación de los trámites y servicios . «La CURP que contenga las huellas dactilares y fotografía será el documento nacional de identificación, de aceptación universal y obligatoria en todo el territorio nacional; de igual forma se prevé su disponibilidad en formato físico y digital», se lee en la exposición de motivos de la reforma aprobada. «Se plantea que sea empleada en los procesos de validación y autenticación de la identidad de las personas en medios digitales y todo ente público o particular estará obligado a solicitarla para la prestación de sus trámites y servicios». La CURP biométrica, y su incorporación a la nueva Plataforma Única de Identidad, está incluida en varias reformas, en particular la Ley en Materia de Desaparición Forzada de Personas. Mientras Morena y aliados sostienen que permitirá mejorar la búsqueda de personas no localizadas, la oposición alerta que el gobierno pretende instaurar un sistema de vigilancia a los ciudadanos. «La capacidad de monitorear la CURP en tiempo real es fundamental para detectar y actuar rápidamente ante posibles casos de desaparición, lo que refuerza la capacidad de respuesta de las autoridades ante situaciones críticas», argumentó el Ejecutivo en la propuesta. El nuevo documento estará vinculado a registros oficiales y tendrá carácter de identificación oficial, por lo que dependencias y particulares deberán aceptarlo para realizar cualquier trámite. Es decir, servirá lo mismo para ir al banco que a alguna oficina del gobierno. La Secretaría de Gobernación llevará a cabo las acciones necesarias para integrar los datos biométricos de las personas a la CURP «siempre en estricto apego a la normativa en materia de protección de datos personales, tanto en posesión de sujetos obligados como por particulares». En el caso de los niños y adolescentes, esta dependencia establecerá un programa de integración de los datos biométricos en coordinación y colaboración con autoridades de los tres órdenes de gobierno. Mientras, la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, a cargo de José Merino, será responsable de la CURP biométrica en su versión digital, mediante la Autoridad Nacional de Simplificación y Digitalización. Este documento contendrá los siguientes datos: ¿A qué estará vinculado? -Registro de Personas Desaparecidas. -Banco de Datos Forenses. -Registro del Sistema Nacional de Salud. -Carpetas de Investigación. -Registros administrativos. -Registros particulares. Aún no hay fecha para que este documento esté listo, ya que antes deben publicarse las reformas en el Diario Oficial de la Federación (DOF) para que entren en vigor y, a partir de ese momento, las autoridades tendrán un plazo no mayor a 90 días para habilitar la nueva CURP. En el mismo periodo, todos los entes públicos y privados deberán adoptar las medidas necesarias para incluir la Clave Única como requisito en los trámites y servicios que tengan a su cargo. La Cámara de Diputados deberá realizar las previsiones presupuestales necesarias para que los entes públicos puedan cumplir con lo previsto en el decreto Los plazos: -90 días naturales siguientes a la entrada en vigor del Decreto para que la Sego, con el apoyo técnico de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, desarrolle la Plataforma Única de Identidad. -90 días naturales para que las autoridades de los tres órdenes de gobierno habiliten los mecanismos necesarios que permitan la consulta, transferencia y validación de la información correspondiente para su integración a la CURP mediante la Plataforma Única de Identidad. •90 días naturales, contados a partir de la entrada en vigor de la reforma, para entes públicos y privadas incluyan la CURP como requisito en los trámites y servicios que tengan a su cargo. •120 días naturales para establecer el Programa de Integración al Registro Nacional de Población de los datos biométricos de niñas, niños y adolescentes.
‘Es un riesgo’ El que la credencial sirva solo para votar, puede llegar a ser un problema».
Los intentos fallidos
El consejero Uuc-kib Espadas Ancona coincide en que la CURP biométrica podría desplazar a la credencial de elector como documento de identificación oficial, aunque confió en que se encuentre una solución que impida que eso suceda. «La razón por la que la inmensa mayoría de la gente mayor de 18 años está empadronada es que la credencial para votar sirve también como identificación. Si la credencial para votar deja de ser útil como como identificación, podríamos estar enfrentando el riesgo de que pues la gente deje de empadronarse; esa es una preocupación que yo tengo», comparte el consejero. Ejemplifica con el caso de Filipinas, país que tiene 10% menos de habitantes que México, pero cuyo padrón electoral tiene 35% menos registros que nuestro país. Eso se debe, observa, a que en Filipinas usan dos documentos de identificación: credencial para votar y cédula de identidad, por lo que hay «una cantidad importante de gente» que nunca tramita la credencial para votar. Además, recuerda que la credencial para votar tiene los datos biométricos de los ciudadanos, por lo que sirve para encontrar a personas desaparecidas, además de realizar trámites, ya que el INE tiene convenios con distintas instituciones para que se verifique la información del portador. La también consejera electoral, Dania Ravel, enfatiza que, si bien la credencial para votar surgió para participar en la elecciones y no para ser el documento oficial de identificación, actualmente se utiliza para realizar cualquier trámite. Comparte, por lo tanto, que el nuevo documento podría desplazar a la credencial que emite el INE, pues no solo se expedirá a mayores de edad mexicanos, sino también a menores y extranjeros con estancia regular en el país. “Aunque no ha sido el objeto de la credencial para votar ser un documento de identificación, se ha consolidado como tal; por supuesto que esto (CURP biométrica) puede desplazar en ese punto a la credencial para votar como documento de identificación», indica.
Credencial para votar En las últimas décadas, la credencial que emite el INE no solo se ha consolidado como el documento para votar, sino como el medio de identificación oficial de los mexicanos mayores de 18 años. Surgió en 1991, meses después de que se creó el extinto Instituto Federal Electoral (IFE). En ese tiempo era de color naranja, no tenía fotografía de los titulares y contaba con siete mecanismos de control para evitar su falsificación. De esta se fabricaron 36.7 millones. A partir del 25 de enero de 2014, el Instituto hizo posible que la ciudadanía pudiera decidir que los datos de calle, número exterior e interior del domicilio permanecieran visibles o encriptados en la credencial. Asimismo, el 19 de diciembre de 2018 se aprobó que la ciudadanía decida si el dato de «sexo» aparece visible o se encripta en el código QR. Ahora, 24 años después, la credencial de elector cuenta con 14 elementos de seguridad que van desde fondo de seguridad, patrón de figuras formadas con línea, microtexto con la leyenda “Instituto Nacional Electoral”, elemento perceptible al tocarlo, fotografía fantasma, tinta de impresión especializada y dispositivo que cambia de color. Al 26 de junio, existía un registro de 97.3 millones de mexicanos en el Listado Nominal, es decir, la población que solicitó su inscripción al padrón en territorio nacional y el extranjero, y cuenta con credencial vigente. Durante el sexenio de Felipe Calderón se recabaron las 10 huellas dactilares, imagen del iris y fotografía de 6.8 millones de menores de edad en 15 entidades, como parte del programa «Cédula de Identidad», que quedó inconcluso. Con los datos personales y biométricos de los menores, la Segob elaboró casi 3.5 millones de cédulas -credenciales con la fotografía, nombre y CURP del menor-, aunque sólo entregó 1.8 millones y embodegó poco más de 1.6 millones que, a la postre, fueron destruidas. La Cédula de Identidad Ciudadana que impulsó el gobierno de Calderón y costó más de 2,000 millones de pesos, fue cancelado al inicio de la administración de Enrique Peña Nieto. En noviembre de 2014, sin embargo, se anunció la creación de otro proyecto: la Clave Única de Identidad. Sería un código alfanumérico del cual únicamente se entregaría una especie de constancia, es decir, que no sería una nueva credencial. A diferencia de la CURP actual, la Clave Única estaría ligada a la información biométrica de la persona, es decir, huellas, fotografía e imagen del iris. Pero este proyecto tampoco prosperó. En el sexenio de AMLO, el ex subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, urgió al INE a colaborar con la dependencia para avanzar en la construcción de la Cédula Única de Identidad. En noviembre de 2019, la Segob incluso informó que solicitaría al INE copia de las fotografías y huellas de las y los mexicanos que con credencial para votar, como parte de las acciones para garantizar el derecho a la identidad. El gobierno de AMLO estimó poner en funcionamiento la cédula de identidad en 2023, pero tampoco aterrizó el proyecto debido a que no se cimentó en reformas.
]]>
Comentarios recientes