En los últimos meses, las calles de las playas de Oaxaca han dejado de ser el destino “alegre, agradable y tranquilo”, según una encuesta sobre la percepción de los destinos turísticos, para convertirse en escenario de desapariciones, feminicidios y asesinatos de defensores de derechos humanos. Del municipio de San Juan Cotzocón, en Oaxaca, desaparecieron a la activista mixe Sandra Domínguez y a su esposo , en octubre de 2024. A principios de enero de este año, también desaparecieron 14 hombres, de entre 17 y 44 años , que viajaban a Puerto Escondido, una de las playas de la costa oaxaqueña más visitadas por turistas. A estos hechos, los últimos días de febrero se supo de la desaparición en Huatulco y Zipolite de nueve jóvenes veinteañeros originarios de Tlaxcala . Sus cuerpos fueron hallados en los límites de Oaxaca y Puebla.

Son cifras que el gobierno está negando.

El volumen de desapariciones puede ser mucho mayor. La más violenta para los defensores No puedo volver por temor a ser agredida físicamente o a que me desaparezcan”.

Activistas de la región consideran que esta entidad federativa del sur de México sufre una crisis de inseguridad no reconocida por el gobierno estatal. “Lamentablemente, Oaxaca es más que fiesta y color. La situación actual es sumamente alarmante”, afirma Elizabeth Mosqueda, defensora de la asociación Consorcio Oaxaca.

El problema del subregistro Actualmente, 746 personas están desaparecidas y no localizadas en el estado, según los datos oficiales. La cifra coloca a Oaxaca lejos de las entidades con más desapariciones a nivel nacional. Incluso, en 2024 registró descensos en el número de desapariciones. Sin embargo, para defensoras y activistas, esos datos no concuerdan con la realidad. A través de reportes en prensa, Consorcio Oaxaca ha documentado la desaparición de 843 mujeres solo en el gobierno actual, encabezado por el morenista Salomón Jara desde finales de 2022. La defensora explica que la discrepancia en las cifras responde a varios factores: la omisión de las instituciones estatales, la falta de confianza para denunciar y una tendencia gubernamental de criminalizar a las víctimas, como ha ocurrido desde que el expresidente del PAN, Felipe Calderón, inició la llamada «guerra contra el narco» en 2006. También existe un problema nacional de subregistro por distintas deficiencias, agrega Fernando Escobar, investigador de Causa en Común. Por ejemplo, los reportes mensuales de incidencia delictiva no hacen públicas las cifras de víctimas y carpetas de investigación de desaparición forzada y desaparición cometida por particulares. La asociación ha detectado, además, anomalías en los registros de delitos, como
incluir los homicidios dolosos en las cifras de homicidios culposos o los casos de secuestro y desaparición en las categorías de
delitos contra la vida y delitos contra la libertad.
Las desapariciones en Oaxaca Oaxaca va a “contracorriente” en el fenómeno de desapariciones forzadas. Este delito se ha incrementado en México, con aumentos notables en los últimos dos años. Entre 2023 y 2024 creció 30% a nivel nacional. En cambio, Oaxaca reportó una disminución de 42% en ese periodo, expone el informe
Nombres sin cuerpo, cuerpos sin nombre , de Causa en Común. Los registros independientes de Consorcio Oaxaca arrojan una tendencia contraria: 359 desapariciones de mujeres en 2023; 370 en 2024 y 86 en lo que va de 2025. “Hay más casos de mujeres desaparecidas y de feminicidios, pero las instituciones no están dando respuesta y tenemos un margen altísimo de impunidad”, explica Mosqueda. Oficialmente, Oaxaca registra más mujeres desaparecidas (56%) que hombres (44%), cuando a nivel nacional ocurre el fenómeno contrario. De las personas que han desaparecido en Oaxaca, una cantidad mayor tenía entre 15 y 24 años. La entidad es foco rojo para las personas defensoras de derechos humanos. Se considera
la más violenta para realizar esa labor, con 58 asesinatos en 2023. El caso más reciente fue el asesinato del defensor
Cristino Castro Perea. Y el pasado martes, la defensora zapoteca
Silvia Pérez Yescas denunció que ha recibido amenazas de muerte, por lo que organizaciones han urgido al estado protección para ella. La activista se vio obligada a huir de su localidad, en Santa María Lombardo, municipio de San Juan Cotzocón. Es la misma región donde desaparecieron a
Sandra Domínguez, quien también solicitó garantías de seguridad y denunció el hostigamiento en su contra.

Es una realidad que ha ido alcanzando poco a poco a Oaxaca y se va profundizando», Los casos de desaparición en México La realidad es que hay una densa capa de silencio por parte de las autoridades

El mapa de las desapariciones, feminicidios y asesinatos en Oaxaca se inserta en zonas de disputas territoriales entre organizaciones criminales, agresiones de cuerpos de seguridad pública y de ataques vinculados con los megaproyectos que desde el sexenio pasado se desarrollan en el estado.

Desapariciones masivas Lo que Oaxaca sí comparte con otros estados, además de la impunidad y la falta de respuesta institucional, son casos de desapariciones grupales o masivas. El fenómeno no es nuevo, pero no tenía de blanco este estado. Los cadáveres de los últimos
nueve jóvenes de Tlaxcala desaparecidos en la costa oaxaqueña fueron hallados dentro de un auto en Puebla. Todavía no hay respuestas sobre lo que sucedió. Las autoridades estatales han detenido a una persona posiblemente involucrada e investigan la supuesta participación de policías municipales. El investigador de Causa en Común recuerda casos parecidos, detectados tras encontrar fosas clandestinas, en
San Pedro, Coahuila, con 3,000 restos óseos . En Matamoros, Tamaulipas se hallaron 500 kilos de huesos humanos en 2017. El año pasado se encontró una fosa con 50 cadáveres en Hermosillo, Sonora. Los recientes hallazgos de campos de «adiestramiento y exterminio» en
Teuchitlán, Jalisco y Reynosa, Tamaulipas han quitado atención de Oaxaca, que solo registra 49 fosas clandestinas frente a las 677 de Jalisco y las 554 de Tamaulipas. Para Escobar, todos estos casos muestran una constante: «la falta de voluntad política del Estado mexicano y un sistema de impunidad que permite que las desapariciones y fosas clandestinas se conviertan en rutina». La inacción de las autoridades también obstaculiza saber quiénes son las personas que se localizaron, añade, quiénes fueron los victimarios y por qué actos tan violentos se cometen a plena luz del día. Si hay avances y hallazgos, es por el empeño de colectivos de búsqueda y familias, que analizan prendas y zapatos para encontrar un indicio, una pista. O como hace la madre de Sandra Domínguez, que marcha para exigir justicia a cinco meses de la desaparición de su hija.“Hoy, como cada día que pasa, cada minuto, te sigo buscando”, declara. A los 100 días de su desaparición, su hija le escribió una carta: “Mamá: Hoy se cumplen 100 días sin ti y, aunque el tiempo parece haber pasado volando, no hay un solo día en que no sienta tu ausencia en lo más profundo de mi ser. A veces me pregunto si podré acostumbrarme a vivir sin verte, sin escuchar tu voz, sin sentir ese abrazo tuyo que me daba tanto consuelo”, escribió, la menor.

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