Los candidatos presidenciales Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez firmarán este lunes el “Compromiso Nacional por la paz”, impulsado por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), instituciones educativas y organizaciones civiles para frenar la inseguridad y la violencia en el país. Ambos abanderados ya confirmaron su asistencia al encuentro para conocer los detalles de la “Agenda Nacional de Paz” y recibir el documento “Estrategias de Política Pública para la Paz”, elaborados durante año y medio en comunidades de todo el país, a iniciativa de la CEM, con el objetivo de reorientar la política de seguridad, frenar la violencia y generar paz.

El jueves 7 de marzo, Gálvez, de la coalición opositora Fuerza y Corazón por México, y Máynez, de Movimiento Ciudadano, se presentaron también en la Asamblea de Grupo Banamex, del que se ausentó la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, por complicaciones de agenda. En esta ocasión puede enviar una representación a recibir el documento, pues hasta el momento no ha confirmado su asistencia. El obispo Ramón Castro Castro, secretario de la CEM, confirmó en la semana la presentación de la Agenda Nacional por la Paz a los candidatos presidenciales, este lunes 11 de marzo en el Centro Cultural Tlatelolco. La “Agenda Nacional por la Paz” contiene un amplio diagnóstico de la situación de violencia que vive el país e incluye recomendaciones elaboradas por un equipo interdisciplinario de 50 expertos, organizados en siete grupos, cuyas propuestas se fundamentan en los resultados de conversatorios y foros llevados a cabo a lo largo del país durante año y medio y que concluyó en septiembre de 2023. El documento contiene propuestas concretas en materia de construcción de paz: tejido social, seguridad, justicia, sistema penitenciario, adolescentes frente al crimen organizado y gobernanza. En respaldo a estas propuestas, acudirán representantes de los sectores académicos, iglesias, sociedad civil organizada, empresas, medio artístico, embajadas y organismos internacionales, gobiernos locales, medios de comunicación nacionales e internacionales, jóvenes, víctimas, indígenas, migrantes, colectivos, entre otros. Estos además escucharán la ruta que los candidatos presidenciales proponen para abordar la inseguridad, la violencia y la construcción de paz y cómo van a incorporar las propuestas planteadas a sus planes de gobierno en caso de ganar la elección. En comunicado un difundido en el semanario Desde la Fe, la CEM sostuvo que ante la ola de violencia que se vive en México “es prioritario que las candidatas y el candidato a la Presidencia asuman un compromiso serio con la búsqueda y el mantenimiento de la paz». «Es por ello que, el firmar acuerdos de paz y trabajar incansablemente por su cumplimiento no solo es una necesidad urgente, sino también un deber moral y un imperativo social de los tres”, indica. “La paz no puede ser un mero eslogan de campaña, sino un objetivo prioritario que guíe estrategias, acciones y decisiones, un objetivo que además nos llama a todos los que conformamos la sociedad y que no queda únicamente como un deber político”, expuso. La Iglesia llamó a los abanderados a “tomarse en serio este compromiso y a trabajar juntos por la paz, más allá de cualquier diferencia política”. Apuntó que la situación de violencia que vive el país afecta a las comunidades, rompe el tejido social, siembra el miedo y la desconfianza, además de privar a las personas de su dignidad y su derecho fundamental a vivir en paz.

¿Qué es la Agenda Nacional de Paz? Actuar desde la esperanza y hacer visible las prácticas que han dado resultado en materia de seguridad, justicia y tejido social para encontrar los patrones que las hacen posibles y poder reproducirlas. Por ejemplo, en este apartado se señalan ejemplos específicos de cómo en algunos pueblos y comunidades la cultura y el deporte han logrado unir comunidades y sacar a los jóvenes de conductas antisociales. El segundo eje es repensar la institucionalidad y volver a generar confianza y respeto en las instituciones. Se propone formar mesas de expertos para incidir en políticas públicas sobre tejido social, seguridad, justicia y sistema penitenciario. Se propone impulsar la Agenda Nacional de Paz con actores políticos nacionales, estatales y locales y con quienes contienden por puestos de elección popular. Evaluar los programas sociales En el cuarto se plantea involucrar a las universidad públicas y privadas en la revisión de programas sociales y planes de desarrollo, formación de capacidades locales y propuestas para la reducción de las violencia y la construcción de paz. Proteger a los adolescentes es el quinto eje y consiste en articular esfuerzos para atender los factores de riesgo de los adolescentes desde las secundarias y sus contextos familiares y comunitarios. Nuevos modos de gobernar desde lo local y su impulso es el sexto eje. Se plantea impulsar esquemas de nuevas gobernanzas, con una amplia participación ciudadana, que permita tener autoridades comprometidas con la paz en sus territorios. El último es la recuperación de los territorios. Diseñar estrategias de seguridad que permitan detener el control territorial por parte de las economías criminales y fortalecer las instituciones locales para hacer sostenible la paz a largo plazo, como son las policías municipales y las fiscalías estatales.

Es un documento y también un movimiento formado por personas e instituciones decididas a construir la paz en México. Desde 2022 y hasta mediados de 2023 realizaron foros, compilaron las voces y visiones de más de 20,000 personas y 1,600 instituciones. Actualmente, en la segunda etapa, se busca que se realicen acciones públicas a nivel local, estatal y nacional “para proyectar un futuro viable y compartido. Así como impulsar el Compromiso por la paz, a través de estrategias de política pública”. El texto realiza un análisis crítico de las políticas en contra de la inseguridad desde sexenios pasados, pero también el actual, pues se advierten que las políticas no han reducido la violencia y cada vez más las «familias se rompen», los jóvenes consumen drogas, se dedican a actividades delictivas y no hay coordinación entre las fuerzas de seguridad y su vinculación con la ciudadanía, además de que ha fracasado la reinserción social. “Las escuelas están siendo el principal espacio para la iniciación a las drogas, desde edades cada vez más tempranas. En todos los ámbitos de la sociedad se perciben altos niveles de desconfianza”, se indica. Se insta al fortalecimiento de las familias como instancias de educación y socialización; recuperar el sentido de orden e institucionalidad; reconstruir la confianza social y priorizar el trabajo con los adolescentes para evitar su ingreso a los grupos delictivos. También se busca impulsar los procesos de salud mental en las familias y comunidades; promover en las Escuelas una educación para la paz. Que la búsqueda de los desaparecidos sea una corresponsabilidad de todos los niveles de gobierno y sociedad; programas integrales para la atención de las adicciones y mecanismos para la transparencia y rendición de cuentas. Se propone una coordinación efectiva y la articulación de las fuerzas de seguridad y las instituciones de justicia de los tres órdenes de gobierno, así como fomentar procesos de colaboración entre ciudadanía y policías y priorizar los acuerdos reparatorios para con las víctimas. Aunque son muchas las acciones propuestas, se presentan siete acciones estratégicas de la Agenda Nacional por la Paz:

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