México dejó de ser el país con mayor prevalencia de diabetes entre los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). Aunque todavía se mantiene entre el top cinco de las naciones con mayor incidencia, en 10 años , logró reducir cinco puntos porcentuales la población adulta que padece esta enfermedad .

«Los nuevos ajustes fiscales sobre productos no saludables no van a resolver por sí solos el problema, pero sí pueden ayudar a ‘doblar la curva».

Los datos son tan contundentes que admiten que dañan la salud y que por tanto pues sí tiene que haber acción del Estado para reducir su consumo.

La disminución se debe a razones multifactoriales, explicaron especialistas de la OCDE, no obstante coincide con el inicio de la aplicación del impuesto de 10% a bebidas azucaradas, implementado en 2014, para contrarrestar la epidemia de diabetes, enfermedad que se mantiene como la segunda causa de muerte en los mexicanos. El Panorama de la Salud 2025, de la OCDE, reveló que el porcentaje de población con diabetes pasó de 19% en 2012 a 14% en 2022. “Si comparamos hace una década, México tenía la prevalencia de diabetes más alta y esta tasa viene bajando en los últimos cuatro, cinco años”, señaló Frederico C. Guanais, subdirector de Salud de la OCDE, durante la presentación del informe. Nicolás Larrain, analista de políticas de salud de la OCDE, aseguró que la capacidad de diagnóstico y seguimiento de los casos y las políticas públicas que se han implementado en el país, como los sellos para las comidas saludables o la estrategia nacional para combatir la obesidad tuvieron un efecto en los resultados. “Sabemos que la mejora en la capacidad de diagnóstico y de seguimiento de diabetes en conjunto con políticas públicas son las razones de la disminución de la prevalencia en México”, aseguró.

Impuestos ayudan a «doblar la curva» El investigador Nicolás Larrain consideró que en México, donde la carga de obesidad y diabetes ya es muy alta, lo impuestos que gravan las bebidas azucaradas no resolverán por sí solos las situación pero ayudan a reducir. Sostuvo que los “impuestos saludables” tienden a ser más efectivos y socialmente aceptables cuando forman parte de una estrategia integral de salud pública y protección social y que si no se acompañan de una buena comunicación y otras políticas de prevención, “puede predominar la percepción de que se trata solo de una medida recaudatoria”. “La experiencia internacional también muestra condiciones bajo las cuales estos impuestos pueden funcionar mal o tener efectos limitados. Si la tasa impositiva es demasiado baja, el cambio de precio puede ser insuficiente para modificar conductas; si quedan muchos productos exentos, las personas pueden sustituir hacia otros alimentos y bebidas igualmente poco saludables”, detalló a Expansión Política . Desde el 2013, el Gobierno de México –encabezado entonces por el presidente Enrique Peña Nieto– presentó la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, con la que se
implementó el etiquetado frontal de alimentos y bebidas; se buscó regular la publicidad y la venta de productos azucarados en escuelas, así como la
aplicación del gravamen desde el 2014. De acuerdo con el artículo
Tras la implementación de un impuesto en México, disminuyeron las compras de bebidas azucaradas y aumentó el consumo de agua , publicado en 2017, el impuesto tuvo resultados positivos porque redujo el consumo. Por su parte, un
estudio publicado en la revista Health Affairs , realizado por investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), encontró que dos años después de empezarse a aplicar el impuesto se registró una reducción de 9.7% en la compra de estas bebidas. El exdirector general también del Instituto Nacional de Salud Pública, Juan Rivera Dommarco, coincidió que gracias al impuesto del 2014, otros países rebasan a México en el consumo de estos productos, aunque todavía se mantiene muy alto. Se calcula que
cada mexicano consume alrededor de 166 litros de refresco al año. El investigador resaltó en el
episodio de Política y Otros Datos Impuestos a refrescos: ¿insuficientes para México? que ya no es debatible que si de algún alimento hay evidencia que causa daño a la salud son las bebidas azucaradas.

«No hay correlación»

Los datos muestran una reducción tanto de la compra de bebidas azucaradas –relacionadas con la incidencia de la prevalencia de obesidad y diabetes en el país– como de la incidencia de la población con esta enfermedad, pero todavía con niveles preocupantes. El secretario de Salud, David Kershenobich , aseguró recientemente que las bebidas azucaradas son uno de los principales factores de desarrollo de obesidad, diabetes y enfermedades del corazón, debido a que el exceso de azúcar se acumula en la grasa abdominal. Dijo que su alto consumo, aumenta entre 23% y 31% el riesgo de sufrir un infarto o una hemorragia cerebral. En México se atribuye al elevado consumo de refrescos uno de cada tres nuevos casos de diabetes y uno de cada siete nuevos casos de enfermedades cardiovasculares. Ante esta situación, el Gobierno de México anunció la aplicación de “impuestos saludables” para el próximo año, como una manera de contrarrestar el gasto para la atención de enfermedades asociadas al consumo de bebidas azucaradas, estimado en 116,000 millones de pesos al año. Se incrementó el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a 3.0818 pesos por litro de estas sustancias, lo que equivale alrededor del 13%. Consultada al respecto, la Asociación Mexicana de Bebidas (MexBeb) afirmó que » no hay una correlación directa entre estos padecimientos y el consumo de refrescos» dado que el volumen de ventas per cápita de refrescos se ha mantenido constante en las últimas tres décadas y en el mismo período los índices de sobrepeso, obesidad y enfermedades asociadas como diabetes, tuvieron un crecimiento constante. «Si bien los impuestos a las bebidas azucaradas pueden contribuir a disminuir su consumo, hasta ahora no existe evidencia de que hayan reducido la prevalencia de diabetes ni en México ni en alguno de los países los que esta medida se puso en práctica», señaló en un posicionamiento a Expansión Política . La Asociación se basa en las Encuestas Nacionales de Salud y Nutrición 2012 y 2022, donde la diabetes diagnosticada en adultos creció de 9.2% a 12.6% en ese periodo. Al sumar la no diagnosticada, el Instituto Nacional de Salud Pública estimó que en 2022, un 18.4 % de la población adulta mayor a 20 años padecía diabetes. El informe de la OCDE y las encuestas de la Ensanut tienen metodologías distintas. No obstante, reconoció la gravedad de la prevalencia de diabetes en México y manifestó su compromiso por ser parte de la solución a este problema en el que –sostuvo– influyen de manera combinada hábitos alimenticios, sedentarismo, entorno social e incluso factores genéticos, por lo que las políticas públicas para contrarrestar la enfermedad deben diseñarse a partir de una visión integral de la salud , que incluya educación nutricional, promoción de la actividad física, diagnóstico oportuno y mejora en la atención médica. Mexbeb señaló que en los últimos años han reducido cerca de 30% las calorías en promedio de las bebidas saborizadas y ampliar la oferta de productos y presentaciones sin calorías o reducidos en azúcar, que hoy representan más del 55% de su portafolio y seguirán con estas prácticas para contribuir en la mejora de la salud de la población. «Continuaremos avanzando con la innovación y esfuerzos de reformulación de productos, así como el lanzamiento de nuevas presentaciones y porciones, ampliando aún más la oferta de productos sin azúcar o bajos en calorías para contribuir así al objetivo central de mejorar la salud de la población», afirmó.

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