Prospectos dominicanos de béisbol corren durante un entrenamiento en el parque Trinitarios en Santo Domingo, República Dominicana, el miércoles 5 de febrero de 2025. (AP FOTO/RICARDO HERNÁNDEZ.)
Hubo poco sueño en los días previos al 15 de enero. Decenas de jóvenes beisbolistas en toda la República Dominicana yacían en la cama, incapaces de cerrar los ojos. Habían bateado, lanzado y corrido hasta sentirse adoloridos, sacrificando tiempo lejos de sus familias desde que eran niños con la esperanza de regresar con un pago que cambiaría sus vidas.
Abrigaban esperanzas de convertirse en el próximo David Ortiz o Pedro Martínez, estrellas de las grandes ligas con una seguridad financiera inconcebible.
De repente, para algunos, ese futuro por el que lucharon estaba en riesgo, a causa de un prometedor lanzador a medio mundo de distancia.
Pretendido para la próxima campaña por presumiblemente todos los equipos de las Grandes Ligas, el fenómeno japonés Roki Sasaki anunció el 17 de enero que tenía la intención de unirse a los Dodgers de Los Ángeles, dos días después de que se abrió la temporada de firmas de MLB para los mejores prospectos internacionales.
Un prospecto dominicano practica su swing. (AP FOTO/RICARDO HERNÁNDEZ.)
Es el mismo período en el que cientos de jugadores dominicanos esperaban concretar mediante un apretón de manos algún acuerdo con equipos de las mayores y finalmente cobrar los cheques que habían buscado durante años.
Sasaki, de 23 años, firmó un contrato de ligas menores con un bono de 6,5 millones de dólares, dinero que de otro modo podría haber ido a esos peloteros dominicanos.
En cambio, la industria del béisbol del país caribeño se vio obligada a enfrentar una vez más un sistema que muchos consideran roto mientras lucha por encontrar una solución.
“Es el sueño de un jovencito de llegar a jugar Grandes Ligas», dijo Junior Noboa, comisionado de béisbol de la República Dominicana. “También le da la oportunidad de cambiarle la vida no solamente a él, sino a su familia completa”.
Roki Sasaki de los Dodgers de Los Ángeles lanza durante la pretemporada, el 12 de febrero de 2025, en Glendale, Arizona. (AP FOTO/ROSS D. FRANKLIN.)
‘Las exigencias son demasiadas’
En una reciente tarde de enero, el comisionado de la MLB, Rob Manfred, entró en el extenso Palacio Nacional de la República Dominicana para reunirse a puerta cerrada con el presidente Luis Abinader.
Al salir, Manfred dijo a los reporteros que un draft internacional era la mejor solución para poner fin a los acuerdos verbales anticipados con las familias de los jóvenes jugadores dominicanos.
“Te selecciono. Firmas. Sabes que tienes un acuerdo”, explicó.
Tal sistema está a años de distancia, en el mejor de los casos. Lo que queda, a pesar de años de corrupción y críticas, es una forma de agencia libre en que los cazatalentos se dispersan por el país caribeño en busca de jugadores buenos para el béisbol de tan sólo 10 años que luego viven y entrenan en academias con la esperanza de alcanzar un acuerdo de palabra sobre un contrato multimillonario con una franquicia de las mayores antes de cumplir 16 años.
El período de firmas de este año fue para jugadores nacidos entre el 1 de septiembre de 2007 y el 31 de agosto de 2008.
El índice de pobreza en la República Dominicana supera el 20%, y algunas familias viven con menos de dos dólares al día. Un bono de firma de Grandes Ligas, por cientos de miles, si no es que millones de dólares, puede transformar la vida de un jugador, su familia y otros a su alrededor.
Prospectos dominicanos de béisbol practican lanzamientos durante un entrenamiento en el parque Trinitarios en Santo Domingo, República Dominicana, el miércoles 5 de febrero de 2025. (AP FOTO/RICARDO HERNÁNDEZ.)
Ello implica una enorme presión, y recae directamente sobre niños que apenas estarían a mitad de camino en la escuela secundaria en Estados Unidos.
Las preocupaciones son muchas: El miedo a que prestamistas usureros puedan apoderarse de grandes partes de las ganancias futuras de los jugadores. Compromisos verbales con equipos, que luego se desmoronan. Y, más recientemente, ejemplos crecientes de jugadores que son presionados para falsificar su edad en hasta siete u ocho años para aumentar su valor.
En noviembre surgieron noticias sobre un jugador prominente bajo el nombre supuesto de César Altagracia, quien fue castigado por la MLB por afirmar que tenía 14 años para conseguir un acuerdo con los Padres de San Diego. En realidad, tenía 19.
Un prospecto dominicano de béisbol pule su swing durante un entrenamiento en el parque Los Trinitarios en Santo Domingo, República Dominicana, el miércoles 5 de febrero de 2025. (AP FOTO/RICARDO HERNÁNDEZ.)
“Yo creo que las exigencias son demasiado y por eso vemos algunos casos de falsificaciones”, dijo Noboa, quien afirmó que los cazatalentos de béisbol se empeñan en ver a jóvenes adolescentes jugar como adultos.
Cada año en la República Dominicana, hay al menos 40.000 jugadores que tienen 16 años y pueden firmar bajo las reglas de la MLB, pero sólo de 550 a 600 reciben contratos, dijo Eddy Lorenzo, un cazatalentos local.
La presión por ser notado pesa mucho en un país con opciones limitadas, donde se estima que el 95% de los peloteros que entrenan en academias son pobres y la mayoría abandona la escuela para perseguir sus sueños de Grandes Ligas.
“Mientras más temprano tú comienzas a desarrollar un niño, más temprano el niño puede entrar al mercado. Y mientras más temprano entra al mercado, más dinero tú puedes conseguir”, dijo Lorenzo. “Esto es un país tercermundista y es un negocio. Cada quien trata de conseguir el mayor dinero posible por el pelotero. Esa es la realidad”.
‘Ni te ven’
Numerosos teléfonos en toda la República Dominicana sonaron recientemente con un mensaje que detallaba los nombres de jugadores locales que, según sospechas de la MLB, habían mentido sobre su edad.
Los entrenadores tomaron nota, pero no todos los que buscan un contrato multimillonario son atrapados tan pronto en el juego.
Carlos Álvarez, anteriormente conocido como Esmailyn “Smiley” González, jugó durante tres años con los Nacionales de Washington antes de ser descubierto. A los 15 años, asumió el nombre de su primo y le restó cuatro años a su edad real tras la presión de su entrenador y a pesar de la resistencia inicial de él, su madre y su tío.
«Yo traté de verdad de hacerlo con mi edad, pero no hubo chance porque cuando tú dices ‘tengo 17 años’, ni te ven», dijo Álvarez.
Firmó con los Nacionales en 2006 por 1,4 millones de dólares e intentó concentrarse en el deporte que amaba a pesar del miedo persistente de perderlo todo.
El entonces mánager de los Nacionales de Washington Frank Robinson (derecha) presenta al jugador dominicano Esmailyn González, entonces un agente libre que se había declarado cuatro años más joven, el 2 de julio de 2006. Carlos Álvarez, previamente conocido como Esmailyn González, jugó tres años en la organización de los Nacionales antes de que MLB descubrió que mintió sobre su edad. (AP FOTO/NICK WASS.)
El día en que el equipo presentó a sus nuevos jugadores, el corazón de Álvarez se detuvo cuando miró hacia arriba y vio su rostro en la pantalla grande. Supuso que los Nacionales estaban a sólo minutos de descubrir que había mentido.
Álvarez se dirigía a su examen físico, y como nunca había tenido uno, pensó que involucraba radiografías que de alguna manera revelarían su verdadera edad.
Ahora, trabajando como entrenador con sede en la ciudad occidental de Baní, donde el viento susurra entre los mangos y las palmeras, Álvarez dice que la presión sobre los jóvenes jugadores puede ser insoportable.
“Ellos piensan que ellos son la única persona que pueden ayudar a su familia”, refirió.
Prospecto dominicano de béisbol toma un bate durante un entrenamiento en el parque Trinitarios en Santo Domingo, República Dominicana, el miércoles 5 de febrero de 2025. (AP FOTO/RICARDO HERNÁNDEZ.)
‘Dispuestos a hacer cualquier cosa’
Juan Emilio Pimentel, quien jugó como receptor con los Dodgers en la liga de República Dominicana, recordó haber crecido con dos pares de zapatos: uno para jugar béisbol y el otro para los fines de semana.
Alrededor de los 15 años, a instancias de su entrenador, asumió el nombre de su vecino y amigo cercano: Amaury Arias. Estaba tan comprometido que incluso memorizó el nombre de la bisabuela de su amigo.
“La gente pobre entra en toda», dijo.
Pimentel jugó con los Dodgers durante tres años y luego se fue por razones que evitó revelar, diciendo: “A mí nunca me encontraron».
‘Demasiado viejo para firmar’
A los 14 años, Carlos de la Rosa está familiarizado con la presión de asegurar un contrato de Grandes Ligas.
Comenzó a jugar béisbol a los 9 años, usando como bate una botella de plástico todos los días, hasta que su madre consideró que lo mejor ella llevarlo a jugar en serio.
No ha dejado de hacerlo desde entonces, desempeñándose como campocorto con la esperanza de seguir los pasos de su hermano, quien firmó hace dos años con los Reales de Kansas City.
«Aquí es diferente que allá, porque aquí ya a la edad mía ya yo tengo que estar puesto al 100», dijo con una tímida sonrisa mientras el sudor corría por su frente.
Es posible firmar a una edad posterior, pero los bonos son más pequeños y a veces también hay escrutinio.
Johan Quezada, un exlanzador de MLB que ahora juega en México, firmó a los 18. Recuerda que MLB confirmó dónde estudió, dónde fue bautizado e incluso tomó su ADN para compararlo con el de sus padres, ya que mide 2,06 metros y su padre solo mide 1,85.
Un prospecto dominicano de béisbol se estira para un entrenamiento en el parque Trinitarios en Santo Domingo, República Dominicana, el miércoles 5 de febrero de 2025. (AP FOTO/RICARDO HERNÁNDEZ.)
Sin soluciones fáciles
Noboa dijo que está trabajando con el gobierno para reducir el persistente fraude de edad. Se ha comenzado a registrar las academias para darles seguimiento, pero apenas le llevan el rastro a 300 de las miles que operan en todo el país.
Centenares se suman cada año, fundadas por jugadores que no firmaron y se convirtieron en entrenadores.
Noboa también ha contactado a a distintas agencias gubernamentales para vigilar los documentos oficiales que se emiten o alteran. Considera que los empleados públicos están obteniendo ganancias ilegales del fraude.
“De gratis, tú sabes que no va a ser», dijo Noboa.
Pero otros cambios están fuera de sus manos, las de entrenadores, jugadores, cazatalentos y la República Dominicana en general.
Junior Noboa, comisionado del béisbol de la República Dominicana, durante una entrevista en su oficina en el estadio Quisqueya Juan Marichal de Santo Domingo, el lunes 27 de enero de 2025. (AP FOTO/MARTÍN ADAMES.)
El más notable sería un draft internacional. Noboa cree que éste solucionaría muchos de los problemas del sistema al eliminar el incentivo para que los equipos de la MLB lleguen a acuerdos verbales con jugadores de la menor edad posible.
Para empezar, el apoyo en la República Dominicana no es uniforme. Algunos entrenadores aún ven valor para los jugadores en un mercado donde son técnicamente agentes libres, aunque su capacidad para capitalizar esa agencia ha disminuido drásticamente.
Hasta 2017, no había un límite en cuánto podía gastar un equipo en un jugador dominicano. Luego, MLB negoció un tope como parte de su contrato colectivo con los peloteros de las Grandes Ligas, y el gasto total cayó un 25% al año siguiente, a 153 millones de dólares.
Las Mayores intentaron obtener un acuerdo de draft por segunda vez en 2022 y propusieron un gasto de 191 millones, pero el sindicato rechazó un reclutamiento internacional. La aceptación habría llevado al fin de la compensación por selección de draft para agentes libres calificados.
El gasto en amateurs internacionales en 2024 totalizó poco menos de 181 millones de dólares.
El contrato actual expira en diciembre de 2026. Así, un cambio es poco probable hasta 2028 como mínimo. Si se reanudan las conversaciones sobre el tema, serán la MLB y los jugadores activos de las Grandes Ligas quienes estén a la mesa, no Noboa, los entrenadores dominicanos ni los adolescentes que luchan por esos acuerdos que cambian la vida.
“Se dice, ‘no cambia lo que te da resultado’”, dijo Lorenzo. “Existe mucha hipocresía de todas las partes, de los equipos, de los entrenadores… Dicen que están en contra de eso. Son los primeros que agarran y van con un niño de diez años y comienzan a darle práctica”.
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