Pocos son los monstruos o criaturas que se han realizado precisamente para el cine que hayan aguantado el paso del tiempo y hayan creado no solo una franquicia en términos monetarios, sino una forma de mitología que pueda trascender todas las fronteras.
Japón es un país que en materia de cinematografía se ha permitido crear una narrativa propia, sin la influencia del occidente comercial, que siempre trata de adaptar el contar historias a partir del signo de dólares o euros, para dar paso a un discurso más profundo en donde el común denominador es la identidad forjada desde la destrucción, no solo como una necesidad de reconstrucción sino de recuperación de aquello que te movía.
Godzilla irrumpió desde hace 70 años las salas de cine de todas las latitudes para dejar claro que la experiencia del exterminio nuclear no solo da cabida al supuesto vencedor, sino la mira del caído, de aquel que solo por su honor y arrojo puso en vilo al poderoso y sus armas que co…
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