Entre gritos, descalificaciones y enfrentamientos, los senadores de Morena reeligieron con 87 votos a favor a Rosario Piedra Ibarra como presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por los próximos cinco años, pese a que tuvo la peor evaluación entre los participantes para el cargo. La votación quedó así: – Rosario Piedra Ibarra 87 votos – Nashieli Hernández 36 votos -Paulina Hernández 3 votos -3 votos nulos La discusión tardó más de 10 horas, pues no había consenso en Morena para reelegir a la hija de la activista Rosario Ibarra de Piedra, además de que la oposición pidió garantizar la secrecía del voto, ante la posibilidad de que se manipulara los sufragios de los senadores para garantizar el triunfo de Piedra Ibarra.

Morena arma camino para reelección

Desde la mañana de este martes, el coordinador de Morena, Adán Augusto López, intentó convencer a los senadores morenistas para reelegir a Piedra Ibarra, pues algunos no estaban a favor de esto, como Higinio Martínez, Javier Corral, Malú Micher, Félix Salgado, entre otros. La división llevó a que la discusión y votación se retrasará por horas y se realizara hasta la noche, ya que es necesario la aprobación de dos terceras partes de los senadores presentes, por lo que todo el bloque oficialista tuvo que ir en conjunto por una sola opción para que pasara. El presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, comentó que se estaba buscando el consenso para la reelección y también aceptó que había morenistas que no respaldaban la decisión. “Se está construyendo un consenso en torno a Rosario Piedra Ibarra. (…) En Morena va avanzando un consenso. Estamos valorando muy seriamente la reelección de Rosario Piedra. Yo estoy de acuerdo en que sea. Mi posición es que es una compañera probada, comprometida y que ha sufrido el acoso de organizaciones de derecha durísimo. Estoy convencido”, comentó. Horas después llegó la discusión. Los senadores de la oposición señalaron que la orden para Morena de elegir a Rosario Piedra Ibarra vino desde Palenque, Chiapas, en referencia al expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien vive en dicho estado desde que terminó su sexenio. «Pareciera que es vergonzoso el tener que votar como les están indicando y sus rostros lo muestran. Solo hay que ver al senador que se está durmiendo en su escaño o a los senadores que no pueden levantar la cabeza. Ha de ser por verguenza, por tener que votar como les están indicando», reclamó la panista Verónica Rodríguez. La senadora Amalia García criticó que se estuviera reeligiendo a Piedra Ibarra, cuando fue la peor calificada en las comisiones de dictaminación, pues obtuvo un punto de evaluación, mientras Nashieli Rarmírez alcanzó 12 puntos. «Que la actual presidente de la CNDH haya quedado en esa calificación y que se realizó en comisiones unidades en un ultimo lugar. No cabe duda que hay un desgaste: el haber obtenido de respaldo un voto de quienes dieron esta calificación, resultado doloso. Hoy urge una CNDH consistente», declaró la emecista. Morena defendió la reelección de la también activista. Aunque Félix Salgado estaba en desacuerdo de elegirla de nuevo, en el pleno del Senado pasó a dar un discurso a favor de ella. «Esta es la CNDH que más recomendaciones ha hecho, más que cualquiera que pasaron y es la que tiene autoridad moral para dirigir esta Comisión y con menor presupuesto. No hay derroche de recursos como había, que se hacían ricos en el ejercicio «, mencionó.

¿Quién es Rosario Piedra?

La discusión también se alargó la discusión por los rumores que surgieron sobre que el coordinador de Morena, Adán Augusto López, quien presuntamente entregaría a los senadores morenistas las boletas con el nombre de Piedra Ibarra para asegurar el triunfo. Ello generó que la oposición pidiera características que garantizaran la secrecía del voto de los senadores, con el fin de evitar que se influyera. Tras un receso y un acuerdo entre los coordinadores de la bancada, decidieron que las boletas serían firmadas por el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), Adán Augusto López; el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, y un integrante de la bancada del votante para asegurar que las boletas no vendrían con el nombre escrito de Piedra Ibarra. La oposición propuso que se utilizará una mampara para protección del voto. Sin embargo, Morena no estuvo de acuerdo y esto provocó jaloneos entre senadoras morenistas y panistas. «Cumplan los acuerdo, el acuerdo es que esa mampara sale. Basta de estar provocando. No estamos a su santa voluntad. Aquí manda la mayoría, que determinó un camino en acuerdo con todos los grupos», gritó el presidente del Senado. El coordinador de Movimiento Ciudadano, Clemente Castañeda, defendió el uso de la mampara, ya que dijo que el voto por cédula –que es como se eligen a los titulares de la CNDH– se justifica para cuidar la secrecía del sufragio, pues enfatizó que la votación se realizaría en el tablero donde sale cómo vota cada integrante del Senado. «¿Cómo van a garantizar la secrecía del voto si le entregan a los senadores una cédula cuando está lleno de cámaras todo al rededor? Lo que pregunta es que nos den una explicación razonable, suponiendo sin conceder, que no les van a exigir que enseñen su voto. Quien quiera ejercer el derecho de votar en secrecía ¿Cómo lo van a garantizar? ¿Cuál es el problema de que haya una mampara idéntica a las que usamos en las elecciones para quien quiera votar de manera secreta lo pueda hacer?», dijo el diputado Ricardo Anaya. En respuesta, Adán Augusto López se refirió al panista como «el calderoncito» y recordó que el tema de la mampara ya se había discutido en la Jucopo, pero fue desechada la propuesta. «Ya que deje de joder (…) Claro que es una falta de respeto a esta soberanía, porque el día de mañana van a querer meter un burro ahí y que el burro diga ‘veeee’ cuando vayan a votar. Presidente, déjeles ahí su juguetito, que se entretengan en algo», mencionó el morenista. Al final dejaron la mampara y sólo la oposición la utilizó para votar; mientras, los senadores de Morena, PT y PVEM lo hacían al frente de todos en una mesa que colocaron para entregar las boletas. Rosario Piedra Ibarra es hija de la activista Rosario Ibarra de la Garza y fue electa en noviembre de 2019 como titular de la CNDH; en esa ocasión, fue elegida por los senadores de Morena y aliados entre empujones, descalificaciones y dudas, pues la oposición exigió anular el proceso al considerarlo que fue un “fraude”. La presidencia de Piedra Ibarra fue polémica, ya que fue cuestionada sobre la autonomía del organismo, ya que fue acusada de no presentar impugnaciones ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en contra de reformas de Morena, como la del Poder Judicial o la relacionada con la Guardia Nacional. Ha sido cercana a Morena. En 2018 fue candidata a diputada federal por el Distrito 10 de Nuevo León, pero no ganó; después fue nombrada secretaria de Derechos Humanos del Comité Ejecutivo Nacional de ese organismo político. Posteriormente, logró quedar al frente de la CNDH.

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