En momentos en que se debate en el Congreso un polémico proyecto de ley que, de aprobarse, se retendría en un fideicomiso el 30 % del bono de firma de los prospectos dominicanos que firmen para las Grandes Ligas, llega a los tribunales de Delaware una demanda contra Franmil Reyes por supuesto impago de un préstamo que tomó cuando tenía 21 años y su proyección de llegar a las Grandes Ligas se estancaba.
La empresa Big League Advance (BLA) otorga facilidades de crédito a jugadores en su etapa formativa a cambio de porcentajes de por vida a salarios que devengarían si llegan a la MLB, pero también en otras ligas profesionales como la de Japón y Corea del Sur. Son créditos entregados en función de las probabilidades que un software estima tiene el pelotero de trascender y no suelen superar los 400 mil dólares, aunque ha habido mayores.
Jugadores establecidos como Fernando Tatis Jr., Elly de la Cruz y Yainer Díaz así como otros en procesos como Agustín Ramírez, Endy Rodríguez, Enmanuel Valdez, Ronny Simón y Adael Amador hicieron acuerdos similares con esa empresa. Es dinero seguro por uno que nadie garantiza que llegará a jugadores que ya al quinto año si no se invirtió bien el bono el dinero puede haberse agotado.
Era 2016, Reyes estaba en su quinta temporada como profesional en el sistema de los Padres, una carrera que comenzó en 2012 en la Dominican Summer League, tras fichar un año antes por un bono de 700 mil dólares. Reyes no había superado Clase A y ese poder que se conoció más adelante en la MLB, con el Escogido y en Japón no había explotado. No aparecía ni entre los primeros 30 prospectos del equipo, según MLB Pipeline.
La deuda sube
La demanda dice que tomó un crédito de 301,840 dólares y otorgó a BLA el 10 % de sus futuros salarios. El de Palenque dejó de pagar en septiembre de 2022, adeuda 404,908 dólares de capital y esa mora ha generado un interés por 298,749. No incluye los pagos de 2024 y 2025 en Japón.
Según Spotrac, Reyes devengó US$8,279,965 entre 2018 y 2023 mientras jugó para Padres, Guardianes, Cachorros y Reales. Llegó a Japón en 2024 con pacto de un año y un millón de dólares, acuerdo renovado para 2025 con los Nippon-Ham Fighters.
Francisco Mejía intentó echar para atrás un acuerdo similar con esa empresa y no duró dos meses antes de retractares y asumir los compromisos. Que el prospecto invierta el 30 % de su bono es buena idea, pero si no hay educación financiera nada garantiza que el problema que se quiere corregir se logrará.
Las estadísticas dicen que la mayoría de peloteros no llegará a cobrar gran dinero en las Grandes Ligas y esas ofertas que reciben de empresas como BLA son demasiadas tentadoras. Lo que queda claro es que, una vez se firmó y se cobró ese dinero hay demasiadas vías legales para que lo tenga que pagar.
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