Willy Adames, el campocorto dominicano que recibió el contrato más lucrativo en la historia de los Gigantes de San Francisco, está finalmente demostrando el porqué de esa inversión millonaria.

Después de un comienzo de temporada en el que su bate no terminaba de carburar, las últimas actuaciones de Adames son un claro indicio de que su ofensiva está empezando a despertar, coincidiendo con el buen momento que vive el equipo.

Luego de una racha de seis partidos consecutivos en los que no pudo conectar de hit y falló 18 turnos consecutivos, el santiaguero tuvo una gran serie de tres partidos ante los Rockies de Colorado, conectó cinco hits en 11 turnos al bate, incluyendo un doble y dos cuadrangulares y empujó cinco vueltas con cinco anotadas.

El santiaguero conectó su octavo cuadrangular de la temporada en el triunfo 6-2 de este viernes ante los Dodgers de Los Angeles y Yoshinobu Yamamoto en el Dodger Stadium.

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Los Gigantes (41-29), que juegan 12 partidos por encima de .500 y están empatados en el primer puesto de la división oeste de la Liga Nacional que ocupan los Dodgers, equipo al que estarán enfrentando durante el fin de semana en una serie de tres partidos.

Su reciente éxito ofensivo no son solo estadísticas sueltas, sino una señal de que el jugador está encontrando su ritmo y confianza habitual en el plato.

Este repunte ofensivo era algo que los fanáticos de los Gigantes y en la República Dominicana esperaban con ansias. Si bien el guante de Adames siempre ha sido un activo valioso, su habilidad para producir con el madero es una pieza clave en el rompecabezas del equipo.

Durante estos dos primeros meses de la campaña, su promedio de bateo y su producción de extrabases no han estado a la altura de las expectativas, generando cierta inquietud. Sin embargo, la gerencia y el cuerpo técnico han mantenido la fe en su campocorto estrella, confiando en su capacidad de ajuste.

Los indicios de esta mejora no son puramente anecdóticos. Analistas y gente ligada al béisbol han notado cambios sutiles en su enfoque en el plato, como una mayor paciencia y una mejor selección de lanzamientos. Estos ajustes técnicos, sumados a una posible relajación mental, parecen estar dando frutos.

Willy está haciendo mejores swings y conectando la pelota con mayor autoridad y, lo más importante, encontrando los huecos para llevarla a los jardines y hasta fuera del parque.

El impacto de su bate va más allá de los números individuales. Un Adames ofensivamente productivo alivia la presión sobre sus compañeros de equipo y alarga la alineación de los Gigantes, sobretodo entrando a una serie que representa una de las más grandes rivalidades que tiene en negocio de la pelota profesional.

Su presencia y producción ofensiva genera más oportunidades para el resto del conjunto y hace que el equipo sea considerablemente más difícil de enfrentar para los lanzadores rivales.

Un gran trabajador

El trabajo exhaustivo que pone cada día con sus coaches empieza a dar sus frutos. El juego de pelota se mueve muy rápido y se caracteriza por la capacidad de adaptarse al momento.

Willy es una pieza fundamental en las aspiraciones del conjunto de la bahía de estar en la postemporada y ganar la Serie Mundial, y su contribución en el plato, combinada con su ya reconocida defensa, son la clave.